El deterioro de la imagen de Costa Rica en los mercados internacionales sería la consecuencia directa de la posible rebaja en la calificación de riesgo del país, advertencia que fue anunciada este 4 de agosto por Fitch Ratings mediante un comunicado emitido en Londres.
Esa imagen de mayor riesgo afectaría el costo del fondeo en el exterior, tanto para el país como para bancos y empresas que se fondean en el extranjero, y sin duda, obligará al Gobierno a ofrecer un rendimiento mayor en la próxima colocación de eurobonos, prevista para el 2015.
El riesgo de la caída de escalones en la calificación de riesgo llega por la dificultad que ha tenido el Gobierno para frenar el déficit fiscal, el aumento de los costos del endeudamiento y las perspectivas de crecimiento moderado.
Ante esta situación, analistas de puestos de bolsa y el sector bancario concuerdan en que una baja en la categoría del país tendría grandes repercusiones económicas, pues se subiría el riesgo de inversión en suelo nacional.
"Es una crónica de una muerte anunciada, esto afecta no solo el costo de futuras emisiones, sino la reputación y el acceso de los bancos y empresas corporativas a financiamiento del exterior. Se limitaría los montos de crédito, los costos y nos ubicaría en países de nivel especulativo", explicó Gerardo Corrales, gerente del BAC San José.
Dentro de las consecuencias está que los inversionistas extranjeros demandarían mayor rentabilidad por invertir en bonos locales.
Lo anterior provocaría un incremento del financiamiento externo, complicando a largo plazo la posibilidad de reducir el nivel de deuda externa, explicó Norman García, analista financiero del Grupo Acobo.
Una rebaja en la calificación además ocasionaría que las tasas de interés sean mucho mayores en la nueva emisión de eurobonos del 2015.
Según Vidal Villalobos, de Portfolio Advisory Group Scotiabank, el precio de los bonos internacionales ya en circulación, se ajustarían a la baja en el mercado secundario, lo que implica una rebaja en el valor de los portafolios que mantengan esos activos, a saber, fondos de inversión, fondos de pensión y otros.
No obstante, uno de los factores por los que los inversionistas externos podrían seguir viendo relativamente atractivas las rentabilidades de los bonos costarricenses es el hecho de que el Banco Central Europeo rebajara hoy sus tasas de interés de referencia a precios históricamente bajos.
Otro detalle que jugaría a favor del país es que, tal y como lo indicó Fitch Ratings hoy, el peso de la deuda del gobierno costarricense con relación al PIB llega a un 31%, mientras que para la categoría BB el promedio es de 36%.
Sin embargo, el aumento del déficit fiscal, de los gastos del Gobierno y el tamaño de la deuda corre en contra de estas oportunidades, añadió Villalobos.
Según analistas de Aldesa, la calificación que Fitch mantiene sobre la deuda nacional es de BB+, que está un escalón por debajo de la categoría grado de inversión.
Solo la calificadora Moody's ha otorgado a Costa Rica el grado de inversión.
Por parte de Fitch el país está dentro de grado especulativo y con una rebaja adicional Costa Rica se ubicaría en "BB", puesto que ya adjudica al país la calificadora Standard and Poor's.
Aunque podría ser aún más grave, significa un retroceso en logros alcanzados en las últimas décadas, que dio como resultado tasas de interés más favorables en las colocasiones internacionales de bonos de los últimos 4 años.
Además, según Aldesa, se evidencia la irresponsabilidad con que se ha manejado el crecimiento en el déficit operativo del país, donde de forma mensual el país pierde $100 millones por gastos corrientes y $100 millones más por pago de intereses.
De acuerco con Maurilio Aguilar, director de riesgo corporativo del Banco Popular, dependiendo de la magnitud de la respuesta de los agentes económicos, se podrían generar implicaciones en el crecimiento económico y nivel de empleo del país.
En ese sentido, si el financiamiento externo se encarece para los bancos, por ejemplo, esa mayor tasas de interés se trasladaría a los deudores costarricenses.