El dinero en efectivo ha estado limitado durante meses, pero ahora el Banco Central anuncia que la faja estará un poco más suelta.
La liquidez total en el mercado pasará de crecer a un ritmo del 6,9% (mismo al que cerró el 2011) a un 9,9%, según lo expuesto en la revisión del Programa Macroeconómico 2012-2013, que se dio a conocer el pasado 31 de julio.
Sin embargo, esa expansión de la liquidez vendrá de la mano con un aumento de la demanda por esos recursos, así que habrá más billetes, pero también mayores necesidades, un empate que, según el Central, no afectará su meta de inflación.
Esa mayor demanda vendrá por un tema cíclico (los agentes económicos requieren más recursos en el segundo semestre), el tradicional incremento del crédito al sector privado y por la necesidad del Gobierno de financiar el déficit.
En los próximos meses, la liquidez empezará a mostrar una curva creciente que la llevará de su actual crecimiento del 7,6% (dato a junio anterior) al 9,9%.
Para el 2013, ese aumento sería mayor, del 10,9%, lo que evidencia su intensión de soltar más las amarras.
Colones limitados
Sin embargo, vale aclarar que el aumento en la cantidad de recursos disponibles para la economía se daría más en dólares que en colones.
La liquidez en moneda local crece de forma interanual a un ritmo del 11,7%, mientras que la estimación de crecimiento para el cierre del 2012 es de 11,8%, una cifra similar a la mostrada al cierre del 2011.
De ser así, el impulso se daría más por el lado de la moneda extranjera. A junio anterior (último dato disponible), se ve un crecimiento interanual del efectivo en dólares de un 1,8%, una cifra que empezaría a crecer en adelante.
¿Es suficiente?
La cantidad de dinero en la economía es manejable para el Banco Central, que cree que los agregados monetarios crecen según el dinamismo de la economía.
El argumento es válido, afirma el economista Alberto Franco, al señalar que la revisión del programa elevó los pronósticos, un hecho que evidencia que no hay necesidad de una política monetaria más expansiva.
Por el contrario, el asesor financiero Andrés Volio cree que el elevado desempleo (10%) y las altas tasas de interés demuestran que sí hay necesidad de una política monetaria menos restrictiva que la actual.
El aumento en la mayor cantidad de recursos evitaría mayores presiones sobre la tasa de interés, pero no alcanzaría para afectar la meta de inflación.
La mayor cantidad de dinero en la calle que, en teoría, supondría más gasto y mayores precios, se dará en una proporción que pondría en riesgo la meta de inflación (entre el 4% y el 6%).
En el segundo semestre del año se suele ocupar más dinero que el primero, por lo que parte del crecimiento de la liquidez responde a una estacionalidad.
Sin embargo, también puede privar un interés del Central de darle a la economía un poco más de cuerda a fin de que el déficit fiscal se financie sin presionar de más las tasas de interés.
Para Mariany Espinoza, economista de INS Valores, la situación de la liquidez se pondrá a prueba en setiembre próximo (cuando las empresas ocupen dinero para pagar el impuesto de la renta) y entre los meses de noviembre y diciembre, cuando suele secarse el mercado.