Bancos centrales trabajan para crear sus propias monedas digitales y adelantarse a criptoactivos

El objetivo principal es generar un método de pago que promueva la inclusión financiera y provisión de pagos digitales seguros, ágiles y de bajo costo

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Los diferentes bancos centrales alrededor del mundo se apresuran a desarrollar sus propias monedas digitales con el fin de ganarle la carrera a las criptomonedas de iniciativa particular tras su auge durante la pandemia.

Un informe de la calificadora de riesgo Moody’s destacó que la cantidad de países que desarrollan monedas digitales por parte de sus bancos centrales ha aumentado drásticamente a medida que las preferencias de los consumidores por los pagos digitales, que ya estaban en aumento, cambiaron más rápidamente como resultado de la pandemia de coronavirus.

Desde el inicio de la pandemia, el número de países que investigan, desarrollan o prueban monedas digitales para bancos centrales (CBDC) se ha disparado, señala Moody’s

Una encuesta de 2021 de los bancos centrales hecha por el Banco de Pagos Internacionales (BPI) encontró que el 86% de los encuestados estaban investigando activamente el potencial de las CBDC, el 60% se encuentra en la fase de experimentación y el 14% está poniendo a prueba las CBDC.

Adicionalmente el presidente del Banco Central de Costa Rica, Rodrigo Cubero, a través de su ensayo Consideraciones en torno a las monedas digitales y los criptoactivos del pasado 6 de agosto, advirtió que ante el crecimiento de la economía digital y el surgimiento de los criptoactivos, algunos bancos centrales (por ejemplo, los de China, Suecia, Estados Unidos, Reino Unido, la zona del euro, Brasil y Uruguay) están explorando la posibilidad de emitir monedas digitales ellos mismos: las llamadas monedas digitales de bancos centrales (o CBDC, por sus siglas en inglés).

“Si bien los actuales proyectos lanzados por diferentes bancos centrales podrían conducir a CBDC con diferencias importantes de diseño, y en muchos casos los detalles sobre el tipo de CBDC están aún en estudio, sus principales objetivos son coincidentes y se orientan en una doble dirección: positiva (la obtención de ciertas ventajas) y defensiva (la reducción de algunos riesgos)”, señaló Cubero.

El informe de Moody’s por su parte subraya que el avance también se ha visto impulsado por el aumento de las monedas estables y la aceleración de la digitalización, además de la posibilidad de mejorar la inclusión financiera, los costos de seguridad del efectivo, la reducción de la informalidad y la mejora de la eficiencia de los pagos, especialmente en los mercados emergentes.

“Los beneficios de la adopción de monedas digitales desde bancos centrales varían entre jurisdicciones, y podría proporcionar una alternativa de pago patrocinada por el estado y sistémicamente segura a las vías de pago existente”, dicen los vicepresidentes de Moody’s, Farooq Khan y Melina Skouridou.

Principalmente posterior a la pandemia la necesidad por caminar hacia métodos de pago rápidos, fáciles, accesibles y amigables con usuarios remotos fue uno de los motores que impulsaron el desarrollo de criptomonedas.

Algunos bancos centrales vieron este auge como una oportunidad para desarrollar sus propios mecanismos de monedas digitales que no solo fueran amigables con los usuarios, sino que también cumplieran con la misma función de una criptomoneda bajo la regulación de una entidad Central.

“En los mercados emergentes, aumentar la inclusión financiera y reducir así la informalidad, así como reducir los costos de los sistemas de pago ineficientes son argumentos convincentes adicionales para desarrollar y lanzar”, expresaron Khan y Skouridou.

Adicionalmente, según el informe de Cubero, las CBDC tendrían por objeto reducir los riesgos que podrían derivarse de un fuerte crecimiento en el uso de los criptoactivos (particularmente de los stablecoins) como medios de pago; en particular, los riesgos para la estabilidad e integridad financieras, el riesgo para la función de intermediación financiera y el riesgo de sustitución de monedas y consecuente pérdida de potencia de la política monetaria.

¿Qué pasa en Costa Rica?

El Banco Central de Costa Rica (BCCR) ha venido estudiando el tema. Pero por el momento su presidente asegura que es innecesario incursionar en el lanzamiento de una moneda digital.

Rodrigo Cubero señaló en su informe de criptomonedas que la razón por la que el Central no ha considerado optar por una moneda digital es porque los principales objetivos que persiguen este tipo de monedas digitales de bancos centrales (inclusión financiera y provisión de pagos digitales seguros, ágiles y de bajo costo) ya se han alcanzado en el país con el Sistema Nacional de Pagos Electrónicos (Sinpe).

Es decir, los principales beneficios potenciales de una CBDC se obtienen de la digitalización del sistema de pagos, y eso ya está presente en la economía costarricense de manera centralizada en las plataformas del Sinpe.

“Todo ello significa que el colón costarricense ya circula digitalmente a todo lo largo y ancho de la economía nacional, por medio del Sinpe. Tenemos, de facto, un colón digital”, mencionó Cubero.