Bandas cambiarias están listas para marcharse tras ocho años de funcionamiento

Economistas y empresarios concuerdan en que en la práctica, los límites ya no son determinantes para sus expectativas

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El manejo del tipo de cambio del dólar, mediante el sistema de las bandas cambiarias, se hizo irrelevante para el mercado y los analistas afirman que postergar la salida de este esquema ya no tiene justificación.

Algunos economistas y empresarios concuerdan en que en la práctica, el techo de ¢850 y el piso de ¢500 por dólar ya no son determinantes para sus expectativas, debido a que el tipo de cambio empezó a flotar (se mueve dentro del techo y el piso).

El modelo de las bandas cambiarias llegó el 17 de octubre del 2006, para sustituir a las minidevaluaciones, y así darle flexibilidad al tipo de cambio del dólar.

La banda cambiaria iba a ser una medida transitoria que abriría las puertas a la flotación administrada, sin embargo, este sistema ya está a pocos días de cumplir ocho años de vigencia.

Hace un año, la situación económica del país daba un dictamen distinto al analizar si era o no conveniente hacer ese cambio. Las bandas funcionaban a medias, sus promesas de bajar la inflación y mantener el tipo de cambio despegado del piso no se habían cumplido del todo.

Empero, el panorama actual es otro. Ahora se han cumplido los objetivos, y aunque las bandan sigan plasmadas en papel, ya se desvanecieron en la práctica.

En los ocho años de estar vigentes, el tipo de cambio estuvo unido la mayor parte del tiempo al piso de la banda. Fue, a partir de este año, que se empezó a observar un tipo de cambio promedio de Monex despegado del piso.

Desde enero, el dólar mostró ligeros incrementos, tendencia que continuó en febrero para luego recibir marzo en ¢554,86. Los siguientes meses se mantuvo cerca de los ¢540.

En marzo, el tipo de cambio reportó un crecimiento del 12%, algo que difícilmente se repetirá pronto, dijo Francisco de Paula Gutiérrez, expresidente del Banco Central y quien dispuso la implementación de las bandas.

Por otro lado, la inflación es estable y baja: pasó de niveles superiores al 10% a un rango más bajo, ubicado entre 3% y 6%.

Además, Costa Rica tiene un sistema financiero solvente, un déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos manejable y un sistema cambiario estable. Con esas condiciones es posible adoptar el sistema de flotación administrada, explicó el economista, William Calvo.

La flotación ya existe

La flotación administrada, incluso, ya está tatuada en la labor del Banco Central, aún cuando formalmente no se haya definido; y así lo reconoció Eduardo Prado, gerente del Banco Central.

Con esto concuerdan los economistas Alberto Franco y Luis Mesalles, quienes afirman que, al ya estar aplicada técnicamente la flotación administrada, hacerla oficial no traerá más beneficios de los que ya se han percibido.

En la revisión del programa macroeconómico de julio pasado, el Central indicó: “En materia cambiaria, el Banco Central mantendrá en el corto plazo la banda cambiaria con el compromiso de avanzar hacia un régimen de mayor flexibilidad, en el tanto existan condiciones para la migración ordenada. Bajo este esquema, se garantiza la estabilidad del tipo de cambio (de ninguna manera debe interpretarse como tipo de cambio fijo), lo que lleva a mantener la política de intervenciones tal como ha sido aplicada hasta la fecha”.

El que el Central garantice la estabilidad del dólar, mediante intervenciones, ya da indicios de una flotación, agregó Gutiérrez.

Hay una clara intervención para administrar la fluctuación del tipo de cambio, en la que la entidad monetaria participa del mercado para suavizar los movimientos, agregó Carolina Hernández, jefa de negociaciones bursátiles de Aldesa.

Otros detalles que evidencian lo anterior es el mantener el tipo de cambio alrededor de los ¢540, y el haber excluido al Sector Público no Bancario del mercado cambiario (Monex), el 26 de junio, para evitar variaciones abruptas.

El presidente del Banco Central, Olivier Castro, aseguró en setiembre que sí se avanzará hacia un régimen más flexible, aunque no existe una fecha definida.

Eso sí, para que la flotación no afecte al sector empresarial, haría falta las coberturas cambiarias. En esto están de acuerdo representantes de las Cámaras de Comercio e Industria.

Según Enrique Egloff, presidente de la Cámara de Industrias, con la flotación, el país se vería beneficiado de un tipo de cambio que se movería en su tendencia de largo plazo.