Cambios en regulación buscan reactivar los fondos de capital de riesgo

Sugeval dejó en pausa la creación de estos portafolios por carencias en la regulación

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La posibilidad de abrir un fondo de capital de riesgo no generó atractivo en el país durante los tres años y medio en los que estuvo vigente la normativa que los regulaba. Ninguno entró en funcionamiento.

Ante este panorama, la Superintendencia General de Valores (Sugeval) decidió que poner en pausa esa figura era la mejor opción y derogó los artículos relacionados en el Reglamento General sobre Sociedades Administradoras y Fondos de Inversión (Título VI).

Este tipo de portafolios invierte en empresas privadas nacionales que no coticen en el mercado de valores, lo que permitiría impulsar firmas con proyectos innovadores.

Empero, desde el 9 de abril pasado, la inversión en capital de riesgo a través de fondos de inversión de oferta pública no se puede inscribir, ni comercializar.

Ahora, el siguiente paso es la elaboración de la propuesta conceptual, que será presentada para validación del Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif), en el cuarto trimestre de este año.

La necesidad de modificar el reglamento se justifica pues se hallaron normas que no corresponden a las prácticas de la industria, las cuales se convertían en obstáculos para participantes del mercado y generaban confusión en posibles inversionistas.

Un ejemplo de esas carencias es que la norma no resalta aspectos como la experiencia, las posibilidades de acompañamiento y la transferencia de conocimientos que pueden brindar los gestores de la sociedad administradora a las empresas que participen.

Esto aún cuando las prácticas internacionales señalan que son factores esenciales para el logro de los objetivos perseguidos por estos fondos, explicó Carlos Arias, titular de la Sugeval.

La figura nace en 2010, cuando la Superintendencia sometió a discusión de Conassif la propuesta, que fue aprobada un año después. La iniciativa capturó la experiencia de otros países para implementar este tipo de fondos.

Los portafolios invertirían en empresas que no cotizan en bolsa, pero la norma incorporaba la oferta pública, cuando las iniciativas de este tipo de productos son a nivel privado, explicó Arias.

Estos fondos son una oportunidad para el desarrollo y financiamiento de empresas con proyectos innovadores, a través de nuevos esquemas y vehículos de inversión.

La figura ha sido muy exitosa en países como Colombia, Perú y México, en los que ha impulsado la innovación de pequeñas y medianas empresas.

Según Marco Chaves, analista de INS Valores, ese es uno de los principales beneficios de estos productos, en los que participan inversionistas sofisticados en busca de altas rentabilidades, que conocen que están expuestos a mayores riesgos.

Lo anterior al tratarse de empresas que no generan ganancias, y que en su mayoría están innovando en nuevos sectores

Aunque las empresas participantes no forman parte del mercado de valores, el objetivo es que estos vehículos les brinden un acompañamiento para que sumen valor y así sus acciones se coticen a mejores precios, explicó Grupo Aldesa.

Algunas debilidades

Las carencias encontradas en la regulación y en el mercado imposibilitaron que el producto tuviera éxito.

Actualmente, la Sugeval trabaja en identificar los principios que deben regir estos productos.

Una de las premisas que busca el ente regulador es que tanto sociedades como inversionistas puedan ser más creativos en el diseño de la propuesta de inversión y las oportunidades que se identifiquen en cada caso.

Por su parte, el mercado exalta diversos aspectos que deberían ser considerados en el proceso de modificación del reglamento.

La norma previa no definía el rol del asesor, aquel que acompañaría a la empresa en su proceso de crecimiento y que el fondo de inversión contrata para ese fin. Sin embargo, esto es fundamental para que este tipo de fondos funcione adecuadamente.

Inclusive, para algunos el mismo nombre de esta figura “capital de riesgo”, puede alejar a algunos inversionistas, vendiendo una imagen errónea de las posibilidades que ofrece.

Otro de los aspectos que permitirían un mayor atractivo de estos fondos es ampliar las inversiones en empresas, que no sea solo para costarricenses, sino delimitar un parámetro más amplio como Centroamérica o Latinoamérica, explicó Víctor Chacón, director ejecutivo de la Cámara de Fondos de Inversión (CAFI).

Los mínimos de inversión por ahorrante podrían revisarse a la baja, para que se establezca la posibilidad del inversionista según lo que indique su perfil de riesgo.

“Somos muchos profesionales, de nivel educativo universitario, o hasta pymes, que estarían gustosos de participar con una inversión de $1.000 o $2.000”, añadió Chacón.