Crédito de consumo atiza mora de corto plazo en bancos

La cartera de crédito morosa está concentrada en el rango de 1 a 30 días de atraso, que además reportó una variación interanual de 10% a junio pasado

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Cuando un deudor costarricense se atrasa en el pago de la cuota de su préstamo en un banco, es muy posible que esa demora ocurra entre 1 y 30 días.

En el país, el 47% de la cartera crediticia de los bancos que presenta un incumplimiento en la fecha de pago se ubica en ese plazo.

Esa morosidad está conformada por préstamos de todo tipo, pero sobresalen los de consumo.

Y, por su naturaleza, las tarjetas de crédito capturan una parte importante de este pastel de préstamos con morosidad hasta 30 días.

El hecho de que los rubros que presenten atraso en sus pagos estén más concentrados en la cartera de consumo evidencia el efecto del deterioro de las variables macroeconómicas en la liquidez de los deudores, por temas de desempleo incluso.

Este mes, la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) mostró su preocupación por una tendencia creciente de la mora en la banca, en medio de una actividad económica no tan dinámica.

En junio pasado, la cartera crediticia total aumentó un 10% de forma interanual y alcanzó más de ¢13,4 billones.

De esta cifra, el 7%(¢997.507 millones) corresponde a cuentas que presentan morosidad desde 1 a más de 180 días. Además, algunos casos pasaron ese umbral y llegaron a cobro judicial.

Dentro de monto total de créditos, ¢470.149 millones son saldos morosos entre 1 y 30 días de atraso. Este monto aumentó un 10% entre junio de 2014 y el mismo mes de este año.

De seguido, la cartera de préstamos con una morosidad de 31 a 60 días fue la que más creció (21%) en ese mismo período. Se trata de cuotas que ya habían presentado impago entre 1 y 30 días, pero no fueron canceladas. Aquí es cuando la luz amarilla del semáforo se enciende.

En este caso, no se trata de una cuota atrasada sino dos, así que la situación del cliente cambió y existe una alta probabilidad de que el deterioro continúe, advirtió Hairo Rodríguez, gerente de Banco Cathay.

En este lapso de atraso, el aumento presentó principalmente debido a algunos créditos de banca comercial (empresas), añadió Julio Rodríguez, director de riesgo crediticio de Banca de Personas y Pymes de Scotiabank.

La primera razón para que la morosidad sea mayor en cortos plazos es que usualmente el costarricense considera normal atender estas obligaciones con cierto atraso, aun cuando conoce que debe asumir cargos de mora.

En ocasiones, el atraso de unos días en el pago de la cuota del crédito se explica porque no coincide con la liquidez del cliente, es decir, cuando recibe el salario.

Sin embargo, plazos de impago superiores conllevan acciones de cobro que pueden culminar en procesos judiciales por lo que los clientes se esfuerzan en no pasar ese umbral, agregó Jorge Bonilla, director general del Banco Nacional.

Una parte de este público incumple con la deuda por pérdida de empleo, razón por la que muchos trabajadores optan en la actualidad por un seguro que cubra este riesgo.

También, existen programas de deducción de planilla en los que al deudor se les resta la cuota del préstamo para enviarla a la entidad acreedora.

Empero, este proceso operativo no siempre se realiza el mismo día de vencimiento de la cuota y puede atrasarse días o semanas, aseguró Mauricio Aguilar, director de Riesgo Corporativo del Banco Popular.

Aún así, existe otro grupo de clientes, conocidos como malos pagadores, que no honran la deuda y suman varios impagos.

Morosidad al alza

El indicador de morosidad utilizado en el Sistema Financiero Nacional (SFN) registra el comportamiento de los atrasos a más de 90 días.

Según la normativa, el nivel máximo que deben alcanzar las entidades financieras en ese rubro es de 3%, y aunque todavía se está por debajo de este número, la Sugef mostró su preocupación por una tendencia alcista.

Hay que poner atención a la tendencia creciente en medio de una economía que no crece a ritmos fuertes y que puede afectar la capacidad de pago de los deudores, comentó Javier Cascante, superintendente de la Sugef.

En diciembre de 2014, el indicador de morosidad del sistema financiero se ubicó en 1,57%, pero se elevó a 1,63% en junio pasado.

Los bancos públicos presentaron el mayor nivel, con 2,34%, mientras que los bancos privados se ubican en 0,84%.

La alerta llega en medio de una economía nacional que no crece según lo deseado.

En julio pasado, el Banco Central de Costa Rica (BCCR) rebajó la proyección de crecimiento real económico de este año de 3,4% a 2,8% en su revisión del Programa Macroeconómico 2015-2016.

“En efecto, con una economía con menor crecimiento, existe una mayor probabilidad de deterioros de crédito en el futuro, sin que se prevea deterioros significativos”, añadió Rodríguez, del Banco Cathay.

El nivel de desempleo es otro factor que inevitablemente afecta la capacidad de pago de los deudores, por lo que su comportamiento en los últimos meses.

La Sugef ha optado por sugerir la aplicación de ejercicios de estrés, en los que se suponen escenarios un poco más pesimistas en movimientos del tipo de cambio y de las tasas de interés, para un control más cercano de la capacidad de pago del deudor.