La tormenta del criptoinvierno todavía no ha arrojado sus últimos embates. Después de un 2021 prolífico las criptomonedas se mantienen en el denominado bear market (mercado bajista) y los grandes referentes como el bitcoin y el ether siguen muy por debajo de sus máximos históricos.
De hecho, recientemente el bitcoin, el criptoactivo más grande, tocó su suelo del año con un precio de $18.777 por unidad el pasado 6 de setiembre. Este número se vuelve más sorprendente cuando se toma en cuenta que poco menos de diez meses atrás el bitcoin alcanzó su techo en $67.510 el 8 de noviembre del 2021. Es decir, en solo 301 días perdió un 72,19% de su valor.
El bitcoin suele utilizarse como termómetro para medir cuán saludable se ve el mercado cripto. Esto se da porque, al ser el activo más grande -no solo en mercado sino en popularidad- influye en la confianza de los inversores a tal punto de que el resto de monedas imitan sus variaciones como una sombra. Esto es fácilmente observable en una gráfica de variaciones interanuales en la que los picos y caídas en porcentajes coinciden, en gran medida, entre el bitcoin y las demás cripto.
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Las caídas más fuertes se dieron durante mayo y junio. La primera inició el 4 de mayo, cuando se cotizó en $39.671 y tan solo ocho días después, el 12, bajó hasta los $28.959.
En su momento, la ruptura del soporte de los $30.000 fue una noticia que no se esperaba dar de forma tan abrupta, sin embargo el impacto fue prontamente superado en junio, cuando se volvió a romper otra barrera, esta vez la de los $20.000 dólares y se anunció, ahora sí de manera concreta, que no se estaba frente un pequeño bajón, sino a un invierno que congelaría por tiempo indefinido las aspiraciones de quienes le apostaron a ganar dinero fácil con las criptomonedas.
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¿Una caída o una oportunidad?
Para los inversores que creen en el potencial futuro de las criptomonedas este es, más bien, una oportunidad para comprar barato. No obstante, la aversión al riesgo debe ser baja pues, por más volátil que sean este tipo de monedas, inviernos pasados han demostrado que pueden pasar años antes de regresar a los picos del 2021.
El último gran bajón del mercado se dio en 2018, poco después de la primera gran irrupción al mainstream (lo convencional). Las cripto venían de su mejor año en 2017 con el bitcoin como bandera y el cual llegó a cotizarse, a diciembre, en más de $19.000. El 2018 llegó a borrar los avances y el bitcoin no volvería a llegar a esos números hasta dos años después, en diciembre del 2020.
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De momento, las criptomonedas continúan lejos de sus máximos y sus inversores más entusiastas esperan con confianza que el invierno dé paso a una primavera que todavía no se sabe cuándo llegará.