Época de tasas altas e inflación elevada reacomodan la forma de ahorrar en Costa Rica

Más que un crecimiento en los saldos ahorrados, los aumentos en las tasas de interés han causado un reacomodo en la forma de ahorrar

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Los periodos de alta inflación, como los que atraviesa actualmente el país, tienden a tener un comportamiento muy particular en el ahorro: por un lado, el encarecimiento general del costo de la vida lastima la capacidad de pago de los ciudadanos, pero pese a esa herida en los bolsillos, suele ser un periodo donde el ahorro se incentiva.

¿Significa que estamos ahorrando más? No necesariamente. A enero del 2023, la suma de los saldos de las cuentas corrientes, cuentas de ahorro y depósitos a plazo en colones creció a un ritmo mayor al que lo hizo a esa misma fecha pero del 2022; 3,35% de aumento interanual contra un 1,97%. No obstante, lo hizo en un grado menor al que tuvo en 2020 (8,44%) y 2021 (10,14%).

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Por supuesto, ciertos factores extraordinarios que enturbian los datos. El más evidente de todos es la pandemia, la cual, si bien desgarró los ahorros de los sectores más afectados por el parón, también hizo que las personas cuya afectación fue menor tuvieran menos posibilidades de gastar su dinero y, probablemente, mantuviera sus ingresos en algunas de las tres cuentas que se mencionaron anteriormente u otro canal de inversión.

Lo que sí parece que ha causado este proceso inflacionario, más que un aumento marcado en los saldos de ahorro, es una especie de reacomodo en la forma de ahorrar.

La inflación no es la que incentiva el ahorro. Es la medicina con la que se le se combate: el aumento en las tasas de interés. Al subir las tasas, el gasto (especialmente financiado por crédito) se hace menos atractivo mientras que el premio por ahorrar se agranda. A pinceladas gordas esto funciona como una cadena donde primero la inflación sube, luego los bancos centrales aumentan tasas para controlar ese incremento y por último el gasto cede.

Entre diciembre de 2021 y febrero del 2023, el Banco Central de Costa Rica subió agresivamente su Tasa de Política Monetaria (TPM) en 8,25 puntos porcentuales, pasando de 0,75% a 9%.

Aumento en los depósitos a plazo

Dichos incrementos en las tasas nacionales ya se ven reflejados, principalmente, en los depósitos a plazo en colones, los cuales crecieron interanualmente en un 14,63% para el mes de enero del 2023. Este crecimiento contrasta con el comportamiento que tuvieron los depósitos a plazo entre 2020 e inicios del 2022, cuando, por el contrario, mes a mes se registraron caídas anualizadas.

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El aumento en el premio por invertir a plazo en colones ha contribuido a que el ahorro, más que crecer exponencialmente, cambie de cuentas. Esto se hace tangible al ver cómo los saldos en las cuentas de ahorro y las cuentas corrientes han tenido un comportamiento inverso a los de los depósitos a plazo: se agrandaron en 2020 y 2021 y decrecieron en 2022. Esto cobra sentido cuando unas mayores tasas de interés pagan mejores rendimientos en depósitos a plazo que en cuentas más a la vista como las de ahorro y las corrientes.

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Instrumentos a plazo como con tasas atractivas como los Depósitos Electrónicos a Plazo (DEP) del Central Directo florecieron durante el último año. De hecho los saldos de los DEP del Central se cuadruplicaron entre enero y noviembre del 2022.

“El Banco Central, para luchar contra la inflación, ha aumentado tanto sus tasas de captación de instrumentos de corto plazo que compiten contra los instrumentos de corto plazo del mercado y eso hace que muchos más bien aprovechen y se pasen pero a instrumentos del Banco Central, no a cuentas específicamente de ahorro”, considera Vidal Villalobos, asesor económico de Grupo Prival.

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El caso cambia cuando se revisan las cuentas en dólares. Durante los años de pandemia el premio por ahorrar e invertir en colones fue negativo, hecho que causó que fuera la moneda extranjera la que reinara, aunque lo hizo, principalmente, en cuentas corrientes. En setiembre de 2021, las cuentas corrientes en dólares llegaron a crecer interanualmente en un 26% al mismo tiempo que su contraparte en moneda nacional caía en un 10%.

Si bien a enero del 2023 las cuentas de ahorro y corrientes de dólares siguen creciendo, los depósitos a plazo en la divisa (3,21%) se quedan muy lejos del crecimiento que han presentado su versión en colones (14,63%).

La agresividad con la que el Central ha elevado su tasa ha propiciado un colchón importante entre los rendimientos en colones y los de los dólares, causando que sea más atractivo invertir a plazo y en la moneda nacional. Un datorevelador es que la diferencia que actualmente existe entre la Tasa Pasiva Negociada en colones y en dólares está en su punto más alto de los últimos siete años.

“Los aumentos en las tasas de interés, producto del ciclo alcista de la TPM, benefician a los ahorrantes en moneda nacional”, explica Adriana Rodríguez, gerente general de Acobo Puesto de Bolsa.

Riqueza financiera crece, pero se desacelera

Por su parte, la riqueza financiera del sector privado —que a grandes rasgos conjunto de activos financieros (bonos, depósitos, y efectivo) que poseen los agentes económicos— crece interanualmente, aunque a un menor ritmo: un 11,22% en enero del 2021, un 6,18% en enero del 2022 y un 3,94% en enero del 2023. Parte de esa desaceleración se explica por la caída en el valor de los bonos y la apreciación del colón debido a que los montos en moneda extranjera se colonizan a la hora de cuantificarse dentro de este indicador.

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Aún así, en la misma riqueza financiera se observan algunos cambios importantes en su composición que concuerdan con ese reacomodo del ahorro. Por ejemplo, el efectivo, el cual creció durante gran parte de los años de pandemia, ha venido decayendo en el último año, mientras que los depósitos electrónicos a plazo del sector privado han tenido un comportamiento opuesto: decrecieron en pandemia y se duplicaron durante el último trimestre del 2022.

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Además, la distribución de la riqueza entre la moneda nacional y extranjera también cambió: en el último mes de enero los saldos en colones aumentaron en un 9% anualizado, mientras que los que estaban en divisas decayeron un 5%. Sin embargo, para este apartado hay que tomar en cuenta que el efecto cambiario, ante la apreciación del colón, hace que la caída de las divisas se vea más profunda de lo que realmente es.

A nivel general, los aumentos en las tasas de interés, especialmente en las de colones, parecen haber influido en los depósitos a plazo en dicha moneda, mientras que los dólares se han mantenido, por el contrario, en instrumentos más a la vista como las cuentas de ahorro y las corrientes.