¿Es útil tener un plan de ahorro programado?

Flexibilidad para ajustar condiciones de ahorro según las posibilidad del cliente y rendimientos atraen a usuarios

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Los planes de ahorro programado se abren espacio como una alternativa útil para quienes se trazan la meta de guardar dinero con el fin de alcanzar un objetivo.

Se trata de un producto más de ahorro que ofrece el mercado, pero que puede generar un mayor rendimiento y se acopla a las necesidades del consumidor, algo que es valorado por una cuota creciente de clientes, según confirman las entidades financieras.

El sistema funciona así: el cliente autoriza a la entidad bancaria a debitarle de su cuenta un monto predefinido, de forma automática. De este modo, ahorrará ese dinero por un plazo determinado y el banco le pagará por guardar su ahorro.

Al término del periodo definido, el consumidor podrá hacer uso de su dinero para el objetivo planteado inicialmente o, inclusive, puede retirarlo anticipadamente, aunque esto conllevará el pago de una comisión.

El público que más demanda esta herramienta tiene un promedio de 35 años edad, aunque su uso se extiende hasta personas de 60 años de edad, según las entidades bancarias consultadas.

Al menos nueve bancos cuentan con este instrumento, luego de que Davivienda y Lafise lanzaron su oferta en julio y octubre de este año, respectivamente.

La lista la completan: el Banco de Costa Rica (BCR), Banco Nacional de Costa Rica (BNCR), Banco Popular, Lafise, Promerica, BAC San José y Scotiabank.

Esta herramienta está hecha para personas que planean concretar objetivos en un corto o mediano plazo, sea viajar, cambiar de carro, ajustar la prima de la casa o lote, pagar sus estudios o prepararse para imprevistos.

El proceso de ahorro es más fácil porque el cliente determina las condiciones, mientras que el dinero se debita automáticamente de una cuenta, lo que permite que el cliente “no lo sienta”, dijo Douglas Reynolds, gerente de negocios de Banco Lafise.

Personalización del plan

El consumidor puede ajustar el plan según sus posibilidades.

El primer paso es definir el monto y periodicidad de ahorro. Los bancos establecen una cantidad mínima de dinero, pero esto varía en cada entidad.

La mayoría –a saber, Lafise, BCR, BNCR, Promerica y Scotiabank– establece como monto mínimo una cuota mensual de ¢5.000 o $10 (si la persona prefiere ahorrar en esta moneda).

El Banco Popular ofrece esa misma opción, pero uno de sus planes establece un mínimo de ¢25.000 o $50 para metas de mediano y largo plazo.

La oferta de BAC San José comienza con un monto de ¢1.500 mínimos por semana.

La periodicidad es otro factor a elegir.

Aunque la mayoría de entidades bancarias le descontarán el dinero acordado de manera mensual, existen otros bancos que ofrecen la opción de realizarlo de modo semanal, bisemanal o quincenal, entre ellos, el BCR y el BAC San José.

Otra de las características por elegir es el plazo.

Primero, la elección del periodo de ahorro estará en función del objetivo que se plantee el ahorrante.

Conocer ese detalle es relevante puesto que la oferta de plazos varía según la entidad. Algunas le permiten ahorros por un periodo mínimo de tres o seis meses, pero en otros casos ese lapso alcanza los 12 meses.

En contraparte, el plazo máximo se extiende 60 meses en el caso del Banco Nacional, 48 meses en el BCR y 36 meses en Banco Davivienda.

Mejor rendimiento

Entre tanto, el rendimiento es una de los principales incentivos de estos programas.

Cuanto más tiempo guarde la entidad su dinero, mayor será el rendimiento que recibirá al llegar el vencimiento.

Incluso, la rentabilidad de los planes de ahorro puede superar la de un Certificado de Depósito a Plazo (CDP).

Por ejemplo, los bancos estatales ofrecen en promedio una tasa de 5,24% en un CDP a un plazo de 12 meses. Pero en su plan de ahorro automático, el BCR brinda una rentabilidad del 5,70% y el BNCR del 5,65%.

Por su lado, la banca privada ofrece un rendimiento de 6,02% en un CDP bajo las mismas condiciones. A modo de ejemplo, ese monto aumenta a 7% en el plan de ahorro de Lafise.

Además, como incentivo, algunas entidades optan por premios y rifas para los clientes que ahorren mediante un plan.

BAC San José realiza cada mes un sorteo que beneficia a tres clientes con un monto similar al que se había planteado en la meta de su programa de ahorro.

Davivienda ejecuta rifas mensuales de un ganador por cada 1.000 ahorrantes. El premio será duplicar, triplicar o quintuplicar la cuota de ahorro mensual en el mes posterior al sorteo, según el plazo de su plan, dijo Rosibel Cabrera, gerente de productos pasivos de este banco.

Un aspecto por valorar es la penalización que existe si el cliente desea retirar la totalidad o parte del dinero ahorrado, antes de que llegue el vencimiento.

La comisión que cobran los bancos varía entre 1,5% y 10% sobre el monto retirado.

El castigo dependerá de la moneda de ahorro y hay entidades con condiciones diferenciadas.

Por ejemplo, el Banco Nacional cobra el 50% de los intereses ordinarios ganados, y Scotiabank permite un retiro sin costo al mes, pero el adicional le costará $10 o ¢5.000.