Especialista cuestiona plazo de preparación para el IVA concedido por Hacienda

La tardanza en la publicación de los reglamentos hizo que los contribuyentes no se pudieran adaptar al nuevo impuesto

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

A pesar de que se Hacienda dio casi seis meses para que el Impuesto al Valor Agregado (IVA) se aplicara en diferentes sectores, el plazo habría sido insuficiente para que los contribuyentes pudieran adecuar sus sistemas. Esta afirmación fue hecha por Alan Saborío, socio director de la firma Deloitte, durante el evento Café Financiero de EF este 7 de agosto en las instalaciones de Grupo Nación.

Para el director de la firma de asesoría legal, el plazo de seis meses no existió para los contribuyentes en la práctica, dado que los reglamentos y regulaciones del IVA fueron publicados en el último mes de transición, por lo que el tiempo de preparación fue relativamente poco.

“Hacienda nunca estuvo preparado ante el esfuerzo que se hizo. Estructuraron una serie de regulaciones partiendo de una premisa falsa y eliminaron exenciones muy importantes como las agrícolas, del turismo y del sector médico”, explicó Saborío.

En el evento también participó Carla Coghi, socia de Impuestos y Legal y Bryan Mora, consultor tributario de Deloitte.

Saborío afirmó que Tributación tuvo varios problemas de fondo en la creación de la Ley, que hacen que sea poco efectiva en el futuro.

El pasado 1° de julio entró en vigencia el IVA creado en la Ley de Fortalecimiento de las Finanzas Públicas (9635). El tributo implicó la creación de un nuevo reglamento y la inclusión de otros sectores –como servicios– como recaudadores.

Como una de las limitaciones, Saborío determinó que el impuesto grava al consumidor final, pero no le ofrece incentivos para que este solicite el cobro del tributo.

“Nadie se va a poner a pelear porque no le cobren el 13%. La gente va a tratar de pagar en efectivo, o va a tratar de hacer arreglos para no pagarlo. El problema del IVA es que no se conecta con el impuesto sobre la renta”, explicó el director.

La falta de incentivo económico para que el consumidor se vuelva un colaborador de la administración tributaria hace que eventualmente más personas se vuelvan a la informalidad.

Solo en el caso de los servicios de salud privada la ley contempla la devolución del 4% del monto pagado. En este caso, si la persona paga con tarjeta de débito o crédito, no se hace del todo el cargo.

“La solución es lo que se hace en otros países, en los que se presenta el impuesto a las utilidades y se permite deducir gastos que son necesarios en el salario. De esta forma, conectan los dos impuestos”, admitió.

Por su parte, Carla Coghi, socia de Impuestos y Legal de Deloitte, expuso en el evento los detalles del impuesto y las diferentes exenciones que lo rigen. Bryan Mora, consultor tributario de la firma, explicó también los diferentes procesos para aplicar créditos y débitos a las declaraciones.

Para Coghi, el único incentivo para exigir el cobro del impuesto es en el caso de salud. Sin embargo, admite que el mecanismo de devolución no es el adecuado, ya que en realidad el impuesto no se devuelve, sino que se deja de cobrar.

Mora aclaró que en el caso de la declaración ya no serán validos los tiquetes electrónicos como comprobantes de respaldo de gastos y créditos. Ahora, solo se podrá declarar con facturas electrónicas, a menos que la empresa o profesional sea prestadora de servicios al Estado.