Fitch Ratings asegura que Costa Rica y El Salvador enfrentan los mayores desafíos financieros por la “frágil situación fiscal”

La nota B, según la metodología de la Fitch, implica un riesgo significativamente elevado de incumplimiento de compromisos financieros.

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La calificadora Fitch Ratings aseguró este martes 22 de diciembre que Costa Rica y El Salvador son los dos países de Centroamérica que están en condición más vulnerable debido a su baja calificación y mala estructura financiera.

Tanto El Salvador como Costa Rica tiene cuentan con una calificación soberana con categoría ‘B’. Sin embargo, para ambos países la calificadora describe sus finanzas públicas como ‘frágiles’ y aseguró son más susceptibles a riesgos de financiamiento.

“Estos países enfrentan una combinación de baja recaudación de impuestos, amplios déficits fiscales persistentes, altos costos de endeudamiento o cargas elevadas y crecientes de la deuda”, aseveró la calificadora en su comunicado de prensa.

Por otra parte ambos países tienen limitadas sus fuentes de financiamiento, lo que no les permite mejorar las condiciones de su deuda. No obstante, explicó que la capacidad de financiación y los colchones fiscales desempeñarán un papel importante en la forma en que ambos los países negocian la recuperación económica gradual.

Fitch explica que el coronavirus golpeó aún más fuerte a El Salvador y Costa Rica debido a que sus condiciones fiscales previo a la crisis sanitaria ya eran deplorables. Este factor seguirá siendo determinante en la calificación posterior a la pandemia.

“Los persistentes déficits fiscales amplios y la deuda en rápido aumento de Costa Rica, la dependencia de El Salvador de mercados de capital internos poco profundos y una alta carga de deuda, y las fuentes de financiamiento limitadas de Nicaragua debido a las sanciones internacionales a miembros del gobierno, hacen que estos países sean los más vulnerables a la crisis. Guatemala, República Dominicana y Jamaica —soberanos con una calificación más alta— están menos sujetos a presiones financieras”, agregó la Calificadora.

En opinión de Fitch, los riesgos de sostenibilidad de la deuda han aumentado significativamente en la región, particularmente para Costa Rica y El Salvador, dada la creciente carga de la deuda, los gobiernos capacidad para reducir materialmente sus déficits fiscales y preocupaciones financieras.

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Los cuatro países con calificación ‘B’ en Centroamérica y el Caribe enfrentan altas necesidades de financiamiento en 2021. Esto es resultado de vencimientos elevados junto con amplios déficits fiscales. Las altas necesidades de financiamiento en el contexto de su limitada capacidad de financiamiento restringen sus calificaciones.

“Esperamos que El Salvador y Costa Rica intenten obtener financiamiento convencional del FMI en 2021″, finalizó Fitch.