FMI aprueba entrega de $650.000 millones para economías golpeadas por la COVID-19

Países de mercados emergentes tendrán prioridad en la asignación de nuevos recursos

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Ante la necesidad de financiamiento por parte de algunos países, principalmente mercados emergentes, la Junta de Gobernadores del Fondo Monetario Internacional (FMI) aprobó una asignación general de derechos especiales de giro (DEG) equivalente a $650.000 millones.

La elevada cifra es una decisión histórica para la entidad y pretende ayudar a mejorar la liquidez mundial.

“Esta es una decisión histórica: la mayor asignación de DEG en la historia del FMI y una inyección de ánimo para la economía mundial en medio de una crisis sin precedentes. La asignación de DEG beneficiará a todos los países miembros, abordará la necesidad de reservas a escala mundial y a largo plazo, generará confianza y promoverá la resiliencia y estabilidad de la economía mundial. En particular, ayudará a los países miembros más vulnerables que están luchando contra los estragos de la crisis provocada por la COVID-19″ señaló la directora general del FMI, Kristalina Georgieva.

Los nuevos fondos serán acreditados a los países miembros del FMI en proporción con sus actuales cuotas en la institución, y se proporcionarán de acuerdo a las necesidades de cada país. Aproximadamente $275.000 millones se destinará a países de mercados emergentes y en desarrollo, incluidos países de bajo ingreso, a partir del 23 de agosto de 2021.

La creación de activos de reserva, conocidos como derechos especiales de giro (DEG), es la primera desde los $250.000 millones que se emitieron justo después de la crisis financiera mundial de 2009.

“Seguiremos trabajando activamente con los países a fin de identificar opciones viables que permitan canalizar voluntariamente DEG de los países miembros más ricos a los más pobres y vulnerables, para apoyar su recuperación de la pandemia y para que logren un crecimiento resiliente y sostenible”, dijo Georgieva.

Sobre la reserva

Según las regulaciones del FMI, “una asignación general de DEG debe centrarse en satisfacer la necesidad global a largo plazo de complementar los activos de reserva y requiere la aprobación de la Junta de Gobernadores con una mayoría del 85% del voto total. Una vez acordada, la asignación se distribuye a los países miembros en proporción a su participación relativa en el FMI. Los miembros del FMI también pueden realizar intercambios voluntarios de DEG por monedas entre ellos”.

Una de las principales opciones es que los países miembros que tienen posiciones externas sólidas distribuyan voluntariamente una parte de sus DEG para ampliar los préstamos a los países de bajo ingreso que pueden acceder a través del Fondo Fiduciario para el Crecimiento y la Lucha Contra la Pobreza (FFCLP) del FMI.

El apoyo concesionario a través del FFCLP en la actualidad es libre de intereses. El FMI también está estudiando otras opciones para ayudar a los países miembros más pobres y vulnerables en sus esfuerzos de recuperación. Podría considerarse un nuevo Fondo Fiduciario para la Resiliencia y la Sostenibilidad para facilitar un crecimiento más resiliente y sostenible a mediano plazo.