Esperanzados por el comportamiento en la demanda de crédito, los grupos financieros auguran un dinámico cierre del 2014.
Como siempre, hay nubarrones en el horizonte que amenazan con caer en chaparrón sobre el desfile de meses de la segunda mitad del año, un desfile que los banqueros esperan que tenga la suficiente pompa como para borrar de la memoria un 2013 amargo .
Hasta el momento, el comportamiento del tipo de cambio y la incertidumbre política no le han hecho mella a la colocación de crédito, pilar de la actividad de los grupos financieros en el país.
Al finalizar el primer trimestre del año, el saldo de la cartera crediticia presentaba un crecimiento del 19% con respecto a marzo del 2013. El porcentaje representa una importante aceleración en las colocaciones desde la variación interanual del 12% registrada en diciembre del 2012.
“El 2014 promete un mejor panorama y la demanda de crédito en los primeros cinco meses ha mejorado en comparación con el mismo periodo en 2013”, comentó Mario Rivera, gerente general del Banco de Costa Rica (BCR).
El optimismo no se limita a los grupos financieros con corazón bancario, que representan el 67% de los 18 inscritos ante la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef).
La expectativa de un buen año se extiende también al sector cooperativo, que ha venido pellizcando participación de mercado.
“Esperamos un incremento en el ritmo de crecimiento a partir del segundo semestre. Proyectamos un incremento en cartera de crédito entre 21% y 23%, y de utilidades entre 17% y 19%”, apuntó Adrián Álvarez, subgerente general de Coopenae, grupo 11 en el ranking por tamaño.
Buenos vientos
Detrás de las expectativas de los banqueros, está la aceleración de la actividad económica que, a marzo, crecía a un ritmo interanual del 3,34%.
El porcentaje representa una leve aceleración con respecto a los cuatro meses anteriores.
Liderando en dinamismo están los servicios de intermediación financiera que registran una variación interanual del 14,86%, la mayor entre las industrias medidas por el Índice Mensual de Actividad Económica (IMAE).
La volatilidad del tipo de cambio que desveló a deudores y banqueros, durante el primer trimestre del año parece haberse estabilizado en las últimas semanas.
Las tasas de interés se mantienen estables, aunque las proyecciones apuntan a un incremento en la Tasa Básica Pasiva en algún momento del segundo semestre.
“Esperamos que las tasas de interés no se incrementen de modo importante pero, si eso ocurriera, podríamos tener menor demanda de crédito”, afirmó Bernardo Alfaro, subgerente general de Finanzas y Riesgo del Banco Nacional.
En el frente externo, la expectativa es que la recuperación en Estados Unidos finalmente tome fuerza.
El Banco de la Reserva Federal mantiene el ritmo del recorte al programa de estímulo, y el desempleo bajó a 6,3% en abril. Sin embargo, el crecimiento de la producción registró un gélido 0,1% para el primer trimestre del año.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) proyecta que la economía estadounidense terminará el 2014 con un crecimiento del 2,7%, casi un punto porcentual por encima del 1,8% observado en el año pasado.
Para el olvido
El optimismo de los grupos financieros se presenta después de resultados en el 2013 que evidencian un año complicado, marcado por la restricción al crecimiento del crédito y una desaceleración de la economía durante varios meses.
A finales del 2013, el crédito de los 18 grupos financieros registró un aumento real del 6,7% y el resultado financiero un modesto 3,8%.
“El 2013 fue un año de alta competitividad especialmente con la banca pública con su estrategia de precios y, a pesar de gozar un periodo de tasas bajas, a los asociados les costó más pagar sus operaciones crediticias”, comentó Berny Calderón, gerente general de Coocique.
Aunque los ingresos por servicios crecieron un 4,2%, los gastos administrativos no se quedaron atrás con un aumento del 4,4%.
Con un crédito adormilado y las tasas de interés experimentando una caída importante, las utilidades sufrieron una merma del 10% real en su crecimiento.
Es un resultado que los grupos financieros confían en revertir este año.