Los ingresos totales del Gobierno Central crecieron tan solo 1,3% a junio del 2018, cifra que está muy por debajo del 7,3% que registraban hace un año.
Las entradas de dinero provenientes del consumo interno aceleran su paso, pero son insuficientes para mantener la caída y desaceleración que experimentan los ingresos de los tributos pagados por el comercio exterior.
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Por su parte, los gastos totales crecieron 7%, casi tres puntos porcentuales menos que en junio del 2017.
Esa conjugación hizo que a pesar del recorte de egresos, el déficit fiscal cerrara el primer semestre del 2018 en 2,8%, levemente por encima de lo que se registró hace un año (2,5% en junio 2017).
El Banco Central de Costa Rica (BCCR) estimó en su Programa Macroeconómico 2018-2019 que el déficit concluirá el 2018 en 7,1%.
La autoridad monetaria está por realizar la revisión de este documento, como es lo usual al concluir la primera mitad de cada año, y el mercado estima que es posible que el déficit se mantenga muy de cerca de esa cifra o inclusive por debajo.
Esto estaría explicado por las medidas que ha adoptado el Gobierno en materia de recorte de gastos y no por los desacelerados ingresos de las finanzas públicas.
“Es lamentable que la alta rigidez en el gasto nos impida destinar los recursos necesarios a áreas tan importantes para el desarrollo del país como la construcción de obra pública. Esto nos pone de nuevo ante la urgencia de modificar la legislación en materia fiscal, de manera que se amplíen las oportunidades de una mayor inversión en infraestructura”, afirmó Rocío Aguilar, ministra de Hacienda.
¿Qué pasa en los ingresos?
La desaceleración se explica por la caída en la recaudación de aranceles relacionados a las exportaciones e importaciones, así como al casi nulo repunte de los ingresos provenientes del aduanas sobre el impuesto de ventas y consumo.
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La lista de los ingresos que sí crecen está conformada por el impuesto al ingreso y utilidades de las personas físicas, así como el que se aplica sobre los títulos valores. También se acelera la recaudación de impuestos a la propiedad, específicamente los que se aplican a viviendas y personas jurídicas (el de vehículos sigue en cifras negativas).
Otra cifra que muestra un crecimiento es el impuesto aplicado al consumo interno, que pasó de un nulo crecimiento en junio del 2017 a 13,5% al primer semestre del 2018.
Y en los gastos
El gasto total del Gobierno Central, sin intereses, crece 4,5%. Esta es una de las cifras más bajas que se ha registrado al corte del primer semestre, en los últimos siete años. Solo está superada por la cifra del 2% en el 2016.
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Las cargas sociales bajaron el ritmo de crecimiento, pero los sueldos y salarios no lo hicieron. Por su lado, los gastos sobre bienes y servicios, pasaron de crecer 17,5% hace un año a 1,5% en la primera mitad del 2018.
Los intereses crecen levemente por debajo de la cifra del 2017 (20,1% contra el 20,7% del año pasado).
Las transferencias al sector privado crecen menos, pero las que están destinadas al sector público crecen más. Las que van al sector externo o se hacen con recurso externo sí decrecen.
Los gastos de capital son los que más caen (14,3%). Esto se explica porque la inversión decreció 17,4%.