Mario Barrenechea regresa al BCR con una banca pública transformada

El entorno económico y la gestión de los bancos públicos cambiaron en los 12 años desde que asumió el cargo de gerente general

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Mario Barrenechea asume la gerencia general del Banco de Costa Rica a partir del 2 de enero del 2015, doce años después de que concluyó su labor en el mismo cargo en esta entidad.

El banquero, quien durante los últimos siete años ha manejado un fondo de cobertura (hedge fund) en Estados Unidos, se enfrentará a un mercado bancario local en el que las entidades públicas aumentaron su enfoque comercial en un ambiente de fuerte competencia con entidades bancos privados más sofisticados, y en un panorama donde la tecnología es una exigencia.

Barrenechea, graduado de la Universidad INSEAD en Francia, llegó por primera vez al segundo banco por activos del país en 1997, tan solo dos años después de que se abriera el monopolio de la banca pública sobre las cuentas corrientes. Su salida se produjo en 2003 debido a roces con la junta directiva de la entidad.

Según el economista, Luis Mesalles, el principal cambio entre la gestión de la banca pública en ese entonces, respecto a lo que se percibe al día de hoy, es que la competencia con los bancos privados es más sofisticada. Las entidades privadas cuentan con operaciones regionales de mayor fuerza, y ya no son las pequeñas operaciones de hace años.

También, en ese momento la devaluación diaria era predecible, debido a que el régimen vigente eran las minidevaluaciones, cuando hoy el tipo de cambio fluctúa en la banda cambiaria sin acercarse al piso o al techo, en una virtual flotación administrada.

Además, como parte de los cambios está el que hoy rige una supervisión basada en riesgos, un modelo en el cual la Superintendencia General de Entidades Financieras tiene un enfoque más preventivo y con directrices renovadas.

Gestión previa en el BCR

Entre el año 1997 y el 2003, la gestión de Barrenechea se enfocó en la banca corporativa, además de una clara visión de que los bancos públicos debían generar utilidades para evitar que el fisco respondiera por pérdidas, como en el caso del Banco Anglo.

Además, había mostrado su posición respecto a que la banca de desarrollo debía gestionarse en un fondo que no dependencia del dinero de los depositantes, sino que se nutriera tanto del Gobierno como de aportes de entes internacionales. El economista consideraba que este tipo de banca no debía reducirse a la idea de otorgar créditos a las microempresas. Hoy el Banco de Costa Rica es el encargado de administrar el Fondo Nacional para el Desarrollo (Finade) que alimenta el Sistema de Banca para el Desarrollo (SBD).

Cuando asumió el cargo en 1997, también se analizó la estrategia que debía seguir el banco, con lo que empezó a tomar fuerza la idea de vender el banco, explicó Carlos Fernández, quien era subgerente mientras Barrenechea asumía la gerencia, y además ocupó su puesto con su renuncia.

“Una posible venta complicó un poco la gestión financiera y comercial del banco, tengo entendido que esa directriz de venta venía de Casa Presidencial. El enfoque de venta del banco, hizo que perdiera negocios corporativos grandes, donde los ganadores fueron el Banco Nacional y la banca privada”, añadió Fernández.

El BCR de hoy

Barrenechea regresa a un banco que está en un proceso de cambio impulsado por su predecesor Mario Rivera.

El refrescamiento del modelo de negocios del BCR para hacerlo más ágil operativamente y mejorar su presencia en crédito a la pequeña y mediana empresa tenía como objetivo aumentar las ganancias hasta una meta de ¢60.000 millones en el 2018.

En el 2013,la entidad registró utilidades por ¢29.215 millones, las terceras más abultadas del sistema bancario.

Por su parte, la actual junta directiva augura buenas relaciones con el nuevo gerente.

"Hemos concertado varias reuniones con el señor Barrenechea y son muchas las coincidencias que tenemos. Prueba de ello es que la votación para su nombramiento fue unánime", explicó Ronald Solís, presidente de la junta directiva del BCR.

Durante la gestión anterior del banquero, su énfasis también fue banca retail, y ahora llegará al banco a fortalecer todas las áreas, especialmente aquellas orientadas a pymes, en concordancia con la visión de la junta directiva, añadió Solís.

El salario del nuevo gerente general será de ¢3,5 millones semanales, lo que representa una disminución, entre salario y cargas sociales, de cerca de ¢60 millones al año en comparación al actual jerarca.