Medidas monetarias tienen alcance limitado ante la crisis

Baja en tasas es insuficiente frente a cierre de empresas

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Una situación extraordinaria requiere de acciones extraordinarias. La frase puede incluir lo que hizo el Banco Central de Costa Rica (BCCR) al bajar en un solo movimiento un punto porcentual la Tasa de Política Monetaria.

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También se pueden incluir los anuncios sobre flexibilización a la calificación de deudores y readecuaciones de préstamos que hizo el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero (Conassif).

Como la crisis causada por el nuevo coronavirus es global, también se pueden incluir en esa lista de acciones extraordinarias los anuncios de los bancos centrales de la Unión Europea y de Estados Unidos de hacer cuantiosas inyecciones de liquidez y disminución en las tasas de referencia.

Todo esto ha pasado principalmente desde el pasado 15 de marzo en que la Reserva Federal le dio un golpe de un punto porcentual a su rango de referencia para los fondos federales. La medida fue inusual en forma y en fondo, pues se anunció un domingo y además fue de una magnitud inusual para la autoridad estadounidense,

Un día después, el BCCR anunció las medidas en Costa Rica. Llevó la TPM a su nivel más bajo de los últimos años, 1,25%. Si a ese porcentaje se le resta la inflación (1,79%) el resultado será negativo, algo inimaginable en el país hace solo algunos meses.

Estas medidas son de índole totalmente monetario y como es usual, intentan ser un estímulo para la reactivar la actividad productiva, lo cual funciona a veces. Incluso, el Central ha bajado la TPM con varios movimientos desde el 2019 y hasta hace pocos meses se observó que la desaceleración económica llegaba a su fin.

Tasas y virus

Las medidas y restricciones anunciadas por el Gobierno con el fin de prevenir una tasa de contagio acelerada del nuevo coronavirus dieron un golpe inmediato a la economía. Para este 19 de marzo varias empresas ya habían anunciado cierres temporales y otras recurrieron al Ministerio de Trabajo para solicitar suspensiones de contratos laborales.

Básicamente se quedaron sin ingresos o ventas.

Rodrigo Cubero, presidente del BCCR, reconoció que hay un shock en la oferta y en la demanda, debido a que muchas cadenas de valor globales se han visto afectadas y porque aumenta la incertidumbre entre las personas y el consumo se detiene, entre otras cosas.

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La situación causa más que incertidumbre, genera miedo en algunos sectores debido al desconocimiento sobre el plazo que tendrán las restricciones y la posibilidad de un desempleo considerable.

¿Qué puede hacer la TPM ante eso? En este momento o en el muy corto plazo (días) puede hacer poco. Usualmente este tipo de medidas requieren de mucho tiempo para que se noten los efectos y también son utilizadas para generar una reactivación de la producción, no necesariamente para luchar contra los efectos de una paralización por pandemia.

Para Cubero las acciones tomadas específicamente por el Central y el Conassif son mitigadores, es decir, ayudarán en alguna medida al contrarrestar los efectos negativos de la actual crisis.

Por otro lado, el Ejecutivo ha propuesto una serie de medidas entre las que destacan la moratoria en el pago de varios impuestos y que la Asamblea Legislativa ya aprobó.

¿Es una crisis monetaria?

La situación actual es imprevista y la crisis no es monetaria o relacionada con factores de oferta o demanda de dinero. Se debe a que se tienen que realizar acciones para beneficiar la salud de las personas.

Una situación similar carece de punto comparativo en las décadas recientes. Para el economista Félix Delgado, la situación más parecida podría ser una gran guerra, pues al igual que ahora se cortan los flujos productivos o se interrumpe el comercio.

No obstante, tiene significativas diferencias debido a que con una guerra se destruye la riqueza (bombardeo de fábricas o puertos), mientras que con esta pandemia lo ocurre es una suspensión de las actividades.

Además, señaló Delgado, existe el inconveniente de que se desconoce la dimensión del problema que se enfrenta en este momento por lo que dificulta tener certeza de si las medidas adoptadas son las más adecuadas.

Este es solo uno de los cuestionamientos sobre las decisiones del Central.

Douglas Montero, economista y director de inversiones de Everty Group, considera que las soluciones más efectivas deberían estar en la parte fiscal y en donde afecte directamente el trabajo y el ingreso de las personas.

Un ejemplo de lo poco efectivas que pueden ser en este momento las medidas monetaristas son las reacciones de los mercados de acciones internacionales, estos cayeron pese a los anuncios de las autoridades, explicó Montero.

Un criterio similar tiene José Rafael Brenes, director general de la Bolsa Nacional de Valores (BNV), quien ejemplificó que en Estados Unidos hubo una reacción positiva hasta que el gobierno de ese país medidas de ayuda directa como subvenciones a personas y a pasivos que tuvieran problemas.

Según Brenes los recortes en tasas de referencia pueden ser útiles pero una vez que pase la emergencia, dado que servirían como estímulo para la reactivación. “Las bajas en las tasas de interés no son una vacuna ni una cura”, dijo.

Con esto se refiere a que probablemente el propietario de un hotel que se vea obligado a hacer despidos y buscar recursos para pagar sus líneas de crédito, carecerá de poco interés si la tasa de referencia llega a cero, pues su problema es de flujo de caja y capacidad de pago.

Brenes insistió en que un camino a seguir para el Gobierno es la búsqueda de recursos mediante préstamos con organismos internacionales y utilizar el dinero en ayuda más directa a empresas o personas desempleadas. Reconoció que este tipo de acciones pueden ser calificadas como de extraordinarias, pero son justificadas por una coyuntura extraordinaria.

Aunque este tipo de acciones directas podrían ayudar, está claro que el gobierno carece de posibilidades para entregar dinero o subsidios directos. Según Delgado, siempre debe haber alguien que pague esos beneficios.

Si se solicitan recursos a entidades del exterior, es prácticamente una obligación determinar la forma en que se pagarán esos préstamos una vez que haya pasado la crisis. Esto puede hacerse mediante ciertas restricciones y leyes de caracter especial, por ejemplo, subir el impuesto al valor agregado en el futuro por un lapso para que esos ingresos paguen las ayudas recibidas.

Pese a que el BCCR tomó decisiones importantes y en apariencia con prontitud que serán de ayuda en el futuro, estas corren el riesgo de ser poco útiles como anticuerpos para la crisis del nuevo coronavirus. No es la cantidad de dinero la que debe controlarse en este momento, se trata de la capacidad de pago y de dar empleo por parte de las empresas.