El futuro presidente del Banco Central de Costa Rica (BCCR), Olivier Castro Pérez, reafirmó que una de sus primeras tareas al frente de la entidad será revisar el nivel actual del techo de la banda cambiaria, con tal de eliminar la volatilidad excesiva en el tipo de cambio.
El mercado local de la divisa estadounidense será la prioridad inmediata de Castro, quien mencionó una posible reforma al sistema de bandas cambiarias y una revisión al funcionamiento del Mercado de Monedas Extranjeras (Monex). "La naturaleza de Monex es ser un mercado interbancario" dijo Castro sobre la participación de todo tipo de actores, entre los que están personas fisicas y jurídicas.
Castro, máster en economía de la Universidad de Kansas en Estados Unidos, fue designado al frente de la autoridad monetaria esta tarde por el presidente electo, Luis Guillermo Solís, en una conferencia en el Museo de los Niños.
Junto con Castro fueron nombrados Helio Fallas, actual vicepresidente electo, como ministro de Hacienda; además Olga Martha Sánchez, como ministra de Planificación y Política Económica, Werner Villegas, como ministro de Economía y Alexánder Mora, como ministro de Comercio Exterior.
Fallas fungirá como coordinador del equipo económico de este nuevo gobierno, que asumirá funciones el 8 de mayo próximo.
Castro, quien es economista, fue superintendente de Pensiones y hasta hace unos meses directivo del Banco Nacional, afirmó que una banda cambiaria entre ¢500 y ¢800, no es una banda.
Actualmente, el límite superior de la banda está en ¢826 y aumenta ¢0,25 por día. Entre tanto, el piso se mantiene fijo en ¢500.
En relación al programa macroeconómico 2014-2015, el nuevo jerarca señaló que hay que considerar la actual meta de inflación (de un 4% promedio), de tal forma que haya un equilibrio entre el estímulo a la producción y el control de los precios.
Sin embargo, no se refirió a modificar la meta en sí.
El jerarca designado apoya las modificaciones impulsadas por la Superintendencia General de Entidades Financieras (Sugef) respecto a la supervisión basada en riesgos sobre las entidades bancarias.