Retos y oportunidades para Costa Rica del Canal de Panamá

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La ampliación del Canal de Panamá constituye un hecho de extraordinaria relevancia para Costa Rica.

A más de cien años de su entrada en funcionamiento, el 15 de agosto de 1914, esta maravilla de la ingeniería moderna incorporará, por primera vez en su historia, un tercer juego de esclusas o canal de circulación adicional, que permitirá atender enormes buques con cargas de hasta 12.500 TEU cada uno.

La inauguración de este nuevo carril de tráfico, que se llevará a cabo el 26 de este mes y que requirió una inversión de $5.250 millones y un periodo de 9 años de ejecución, incrementará el número de viajes de buques portacontenedores de 12.000 a 16.000, lo cual permitirá casi duplicar el máximo de tránsito de mercancías –que pasará de los 330 a los 600 millones de toneladas al año–.

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En esencia, con la ampliación de este paso interoceánico se podrá atender barcos más grandes (actualmente, por esa vía de navegación solo pueden transitar buques con capacidad máxima de 5.000 TEU), en un tiempo más corto y con un costo mucho menor, características que generarán un impacto positivo en el comercio marítimo internacional, si el resto de países latinoamericanos lo saben aprovechar.

Precisamente, Costa Rica es una de esas naciones que podría beneficiarse con la ampliación del Canal de Panamá, sobre todo la región del Caribe, por donde se moviliza más del 70% de la carga marítima del país actualmente.

Para que esto suceda, Costa Rica sabía que era necesario modernizar la infraestructura portuaria, adaptándola a las nuevas condiciones del mercado, con el fin de garantizar la prestación de un servicio ágil, seguro y eficiente, en concordancia con las normas internacionales de calidad.

En Limón, la nueva Terminal de Contenedores de Moín (TCM), concesionada a la compañía APM Terminals, representa sin lugar a dudas un paso enorme en esa dirección. La entrada en operaciones de la TCM en 2018 y su posterior ampliación permitirá, por primera vez en la historia de Costa Rica, atender los buques tipo Post-Panamax de hasta 8.500 (TEU) que cruzarán el Canal de Panamá hacia las diferentes rutas internacionales, convirtiendo al país en un punto de escala del comercio mundial.

Esto evitaría la necesidad de trasbordo de carga costarricense para acceder a mercados más lejanos abriendo oportunidades a nuestros productos y comercio.

La atención de navíos transoceánicos de este tamaño representará un aumento en la capacidad máxima de los buques que llegan hoy al país, la cual es de apenas 2.500 TEU.

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De acuerdo con el Estudio de Impacto Socioeconómico (EISE) realizado por la firma internacional Qbis Consulting este año, al recibir navíos mucho más grandes, la TCM incrementará la actividad naviera del país, con lo cual se generaría un aumento del 23% en el comercio.

Además, debido al desarrollo de una infraestructura portuaria de primera línea, la TCM podrá atender buques portacontenedores en un tiempo menor. Según datos de la misma investigación, la nueva terminal de contenedores reduciría en un 61% el tiempo de espera y atraque de los navíos, lo que a su vez aumentaría la eficiencia de la actividad portuaria nacional. Esto convertiría al país en un lugar más atractivo para las navieras.

La combinación dada por la expansión del Canal de Panamá y la construcción de la TCM cambiaría la logística regional actual. Por un lado, el Canal de Panamá atraerá más servicios desde el continente asiático y con destino final a la costa este de los Estados Unidos, que podrían hacer escala en la TCM. Por otro lado, la TCM estará en condiciones de recibir la mayoría de estos servicios que vendrán e irán directamente desde y hacia la economía con mayor crecimiento en el mundo, Asia.

Esta combinación de factores, aunado a la posición geográfica privilegiada con que cuenta Costa Rica en el continente, nos hace pensar que en el futuro, nuestro país puede ser sede de zonas libres de gran importancia para la región centroamericana, desde donde se distribuyan mercancías hacia países vecinos, disminuyendo de esta manera los costos logísticos de transportarlas de una distancia mucho más larga.

La eventual conectividad directa de Costa Rica con Asia significa también que nuestros productos agrícolas más importantes de exportación (piñas, bananos, etc.) podrán encontrar en Asia un nuevo mercado, al verse disminuidos los tiempos de tránsito hacia ese continente.

De esta manera, la ampliación del Canal de Panamá y el desarrollo de la megaterminal en Moín representan una importante oportunidad de crecimiento para nuestra región, si todos los actores conocemos y aprovechamos su potencial. Actualmente, países como Colombia, Estados Unidos y Chile, entre otros, ya han iniciado inversiones en sus puertos con el fin de recibir los buques portacontenedores que transitarán por el Canal de Panamá y de esta forma sacar ventaja a la inversión realizada por esa nación. Costa Rica, y la provincia de Limón, no pueden quedarse atrás en este proceso de modernización que impactará de manera vertiginosa el ritmo del comercio marítimo durante los próximos años.

*El autor es Director general de APM Terminals Moín.