Standard & Poor's mantiene la calificación de riesgo de Costa Rica en BB- y la perspectiva negativa

Calificadora exalta que el panorama político podría aumentar las posibilidades de que el nuevo presidente y la Asamblea Legislativa avancen en una reforma fiscal

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Este miércoles 21 de febrero, la calificadora de riesgo internacional Standard & Poor’s (S&P) dejó sin cambio la calificación de riesgo soberano de Costa Rica BB- y mantuvo la perspectiva negativa.

Las calificaciones de Costa Rica reflejan su sistema político estable, amplios controles políticos e indicadores sociales más altos que sus pares. También, evidencia la débil eficacia del Gobierno para aprobar la reforma fiscal rápidamente, explica el comunicado de S&P.

"Muchos años de grandes déficits fiscales han elevado la carga de la deuda del Gobierno. Esto, junto con un alto nivel de dolarización en el sistema financiero y la inflexibilidad monetaria general contribuye a su vulnerabilidad externa", añade el documento.

Sin embargo, la calificadora considera que el nuevo panorama político aumentaría las posibilidades de que la reforma fiscal llegue en el nuevo Gobierno, lo que podría -a su vez- beneficiar el crecimiento de la economía costarricense.

S&P fundamenta esa expectativa más favorable en la menor fragmentación de la próxima Asamblea Legislativa y el mayor debate del tema fiscal en la campaña electoral.

Leonardo Salas, ministro de Hacienda a.i., destacó la importancia de tomar acciones para mejorar la situación de las finanzas públicas del país, ya que sin la aprobación de una reforma el país podría no solo recibir una reducción de S&P, sino también de otras calificadoras como Fitch y Moody's.

Entre tanto, la perspectiva negativa refleja que existe al menos una entre tres posibilidades de que S&P reduzca las calificaciones en los siguientes 12 meses, si la nueva administración -que toma posesión a mediados del 2018- no aborda rápidamente la situación fiscal.

Por otro lado, si el país quiere ver una mejora en la calificación, tendría que llegar una corrección fiscal y un crecimiento económico continuo.

El último cambio de la agencia para Costa Rica llegó el 25 de febrero de 2016, cuando pasó la nota de BB a BB- y mantuvo la perspectiva negativa.

Desde ese momento argumentó que la principal razón de la reducción era la combinación de las crecientes presiones del gasto y la falta de una reforma tributaria debilitaban las finanzas del país lo hacían más vulnerable a shocks externos.

En 2017, decidió dejar inmóvil la calificación fundamentado en el moderado, aunque consistente, crecimiento de la producción, su sistema político estable y sus indicadores sociales más altos que sus pares (países con calificaciones similares).

La decisión de S&P se une a las decisión tomada recientemente por Fitch Ratings, que cambió la perspectiva.

En enero de 2018, Fitch cambió la perspectiva de Costa Rica de estable a negativa ante la dificultad para financiar el déficit fiscal, la presión que ejerce la deuda pública y la ausente solución a las finanzas públicas.

Esto ocurrió un año después de que redujera la nota de BB+ a BB (calificación que se mantiene hasta ahora).

La perspectiva (que puede ser positiva, estable o negativa) indica la dirección que puede tomar una calificación dentro de un período entre uno y dos años. Al mismo tiempo, evidencia algunas tendencias o prácticas que aún no terminan por generar un cambio en la calificación, pero que podrían hacerlo si continúan.

Por su parte, Moody’s rebajó la calificación de Costa Rica de Ba1 a Ba2 en febrero del 2017 y mantiene una perspectiva negativa sobre la situación del país en el corto plazo.