La probabilidad de que la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos (EE. UU.) eleve los tipos de interés esta semana, en la reunión del 14 y 15 de junio, es casi nula.
Las condiciones macroeconómicas aún no están del todo alineadas para el anuncio de la primera subida de tasas en este 2016. Esta expectativa es compartida por el mercado local e internacional, y son pocas las voces que aseguran lo contrario.
La razón de mayor peso para mantener la pausa sería el anuncio de la escasa generación de nuevos empleos, de acuerdo con los resultados divulgados en mayo.
Así, el mercado apuesta por un máximo de dos subidas en 2016, aun cuando el anuncio del incremento de 25 puntos básicos en diciembre hizo suponer que habría cuatro alzas en este año.
La expectativa ahora dicta que el primer incremento del año llegaría hasta julio o setiembre.
Panorama en este 2016
Al recapitular los principales hechos de la economía estadounidense en el 2016, destaca que las razones que han detenido la subida de tasas, en las distintas reuniones de la Fed, son diversas.
En enero, la decisión de la Fed fue dar una pausa al incremento en las tasas, por considerar que las condiciones económicas de EE. UU. no habían alcanzado los niveles deseados.
El crecimiento de ese país se ralentizó en el término del 2015 y la estimación era que no se iba a reactivar en el corto plazo, más que todo por la reducción de los precios de la energía.
En la decisión también tomó importancia el desbalance de la economía mundial.
La inflación mostró una recuperación a mediados de febrero, aun cuando los precios de energía continuaban a la baja.
La posibilidad de que las tasas subieran en marzo se abrió, pero no sucedió. En esa ocasión, la volatilidad financiera global y la debilidad de economías como la de China fueron el impedimento.
A las puertas de la reunión que se realizará esta semana, varios economistas aseguran que volverá a ocurrir lo mismo. En esta ocasión, los indicadores de empleo detendrían el alza.
El mercado laboral mostró signos de recuperación durante el año, pero en mayo reveló cifras inesperadas.
Aunque la tasa de desempleo bajó a 4,7%, solamente 38.000 nuevos puestos de trabajo llegaron al mercado laboral, el peor dato mensual que Estados Unidos registra en más de cinco años.
Una menor cantidad de personas buscando activamente trabajo desencadenó la baja en el desempleo, pero eso no implicó que en el mercado se abrieran más puestos de trabajo.
La presidenta de la Fed, Janet Yellen, aseguró que un informe mensual no debe tomar una importancia tan significativa, pero que sí es preocupante, de modo que se debe vigilar el desarrollo del mercado laboral con cuidado.
Reserva Federal está preocupada por cifras de empleo y economía de EE.UU.
Sumado a esto, hay otras señales que la Fed no puede ignorar.
Una de ellas es el referéndum sobre la permanencia del Reino Unidos en la Unión Europea (UE), que se realizará el 23 de junio.
Es importante que la Fed no incentive la volatilidad en los mercados antes de tal acontecimiento, explicó Pedro Aguilar, jefe de Análisis Económico de Aldesa.
Respecto al crecimiento económico, Estados Unidos ha mostrado, sin duda, signos débiles en este 2016, aunque algunos sectores en particular repuntan, como es el caso de la manufactura.
El precio de las materias primas se está estabilizando y este es precisamente uno de los principales giros que ha dado la economía, desde enero al presente.
Al inicio del 2016, el mercado de los commodities estaba deprimido, principalmente en el precio del petróleo que llegó a niveles de $26 por barril. En la actualidad, supera los $50.
La economista estadounidense Diane Swonk afirmó a The Wall Street Journal que si en junio se publica un informe con números positivos en la generación de empleos y el referéndum concluye con la no separación de Londres del bloque comunitario, entonces, la subida de tasas estará de nuevo sobre la mesa el próximo mes.
El que se concrete al menos una subida de tasas en lo que resta del 2016, dependerá de cuatro factores: el desempeño del crecimiento económico de Estados Unidos, un mercado laboral que logre crear más nuevos empleos, la ausencia de disrupciones en los mercados globales (como el caso de China) y la estabilidad de las materias primas.