Asegúrese de que la actividad de team building sea la adecuada para su equipo

Escuche también a los disconformes, pues pueden darle información valiosa

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

¿Organizó su empresa una actividad de team building o la tiene planeada para los próximos meses? ¡Cuidado! A menos que tenga objetivos claros, una estrategia más amplia definida y un facilitador adecuado, la empresa podría estar perdiendo más que solo la inversión en la actividad.

Cecilia Durán Mena, consultora de recursos humanos y colaboradora de la revista Forbes México, abordó el tema y lanzó sus advertencias.

“El team building será un fracaso si los jefes no se bajan del pedestal y los trabajadores van predispuestos a que son los peores participantes. También lo será si la gente va a ostentar músculo y una actitud ofensiva”, afirma.

Especialistas de recursos humanos y coaching agregan que este tipo de actividades resultará poco recomendable cuando el único objetivo sea pasar un buen rato, pues genera expectativas y su incumplimiento puede resultar en consecuencias negativas como empeorar el clima de la organización.

“Son muchas las empresas que contratan un team building para que sus colaboradores salgan de la rutina y vayan a divertirse. Estos dos puntos son favorables sin duda, pero detrás de eso debe generarse el aprendizaje personal y organizacional. De lo contrario, el taller solo cumplirá el 50 % de su cometido”, advierte Alexander Aguilar, director de la firma consultora Humano.

Una parte del proceso

Las actividades de team building se deben abordar como parte de un proceso formal para el diagnóstico y desarrollo de problemas específicos.

Además, se debe evitar que su práctica sea vista como una solución a problemas puntuales. Este es uno de los errores recurrentes que señalan los especialistas.

“Se debe contar con un objetivo claro: ¿qué se persigue con el team building ? ¿Cuál es el impacto que esperamos en los colaboradores? Si bien es cierto esta metodología incentiva el trabajo en equipo, debe ir a un nivel superior, en cuanto a cuál será el siguiente paso y cuáles son los retos que como equipo debemos superar”, explica Betzaida Montero, facilitadora de desarrollo organizacional y vocera de la Comunidad RH Costa Rica.

Gerson Castro, gerente general de Inside Coach, asegura que apenas se obtendrían resultados marginales si no hay empuje de la alta dirección.

Además, da sus consideraciones básicas:

1. Los líderes de empresa deben ser parte de la actividad, de no ser así, el team building será una actividad lúdica más.

2. Preparar a los participantes para conocer sus limitaciones según las actividades que se planea ejecutar.

Por ejemplo, si una persona con sobrepeso debe correr, la organización puede conversar con ella para que acepte el reto, de manera que sea una experiencia potenciadora y no limitante.

3. Entender que el team building va a desnudar una problemática y es un paso vital, pero no soluciona en sí mismo los problemas que se reflejan.

4. El team building es una pieza dentro de un programa continuo de desarrollo y no debe verse como una solución aislada.

Riesgos

Para que sea exitosa, la iniciativa de obtener beneficios mediante actividades no tradicionales, debe escuchar a los quejosos.

Puede ser que usted sea un deportista habitual y encuentre disfrute en la adrenalina de las actividades fuertes, pero ¿qué pasa con el resto del equipo?

Una actividad de alta demanda, que requiere habilidades físicas específicas o durante la cual algunas condiciones sean una clara desventaja (como el sobrepeso, la poca visión y similares), siempre generará más inconvenientes que beneficios.

Para Aguilar, la única apuesta es ir a la segura, y esta capacidad es uno de los indicadores de calidad del facilitador.

“Deben ser talleres sin riesgo alguno, en zonas seguras, en ambientes agradables y donde la experiencia nos enriquezca como personas y nos llevemos conclusiones útiles para ser puestas en marcha en la organización. Aquí no se trata de probar a los más intrépidos o evidenciar a los menos, el principal objetivo es capacitar a los colaboradores en un ambiente diferente del convencional”, subraya.

El conocimiento que se genera de la experiencia debe trascender al equipo organizador, para que los colaboradores perciban un beneficio tangible.

De lo contrario, además de convertirse en una iniciativa estéril, puede generar rechazo y resistencia a futuras iniciativas.

De hecho, Castro advierte que la consecuencia más peligrosa de una práctica superficial del team building es llegar a la conclusión de que la formación de competencias blandas no funciona.

“Hoy sabemos que la clave para impactar el desempeño de las empresas radica en el desarrollo de las habilidades interpersonales y hay una estrecha relación entre los resultados extraordinarios y el clima de los equipos que los producen”, enfatiza.

Hay mucho en juego: recuerde que si el team building no es exitoso, la probabilidad de volverlo a intentar con buen ambiente es casi nula, porque el equipo pierde la motivación.