Las empresas operan hoy en un entorno que es cada vez más volátil, complejo e incierto. Deben considerar las amenazas para el modelo de negocio provenientes de la rápida adopción de tecnologías sociales, móviles y las basadas en la nube, así como de una demografía cambiante que redibuja no solo a los empleados sino también a los clientes.
La transformación del riesgo puede permitirle a la empresa elevar su administración desde una capacidad funcional, hacia una responsabilidad que permea a toda la organización. Cuando eso sucede, el riesgo ya no será visto como un área de dominio solo de la administración, sino que cada negocio, función o individuo se convierte en “responsable de” y capaz de abordar los riesgos desde cada una de sus competencias.
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Esto hace que la empresa implemente de una forma más efectiva las estrategias de negocio y logre las metas al tiempo que aborda adecuadamente los riesgos y cumple con las regulaciones. Las empresas pueden considerar los beneficios de invertir en:
1. Identificación de los riesgos difíciles de predecir: hacer lluvia de ideas sobre potenciales eventos de probabilidad-baja/impacto-alto y examinar los que podrían menoscabar las estrategias.
2. Capacidad de detección: la tecnología permite monitorear las variables en tiempo real que puedan ser precursoras de un evento de riesgo, desde indicadores financieros hasta desastres naturales.
3. Modelación y análisis de escenarios: la generación de escenarios que incorporen múltiples riesgos puede dar luces sobre el probable impacto en la organización.
4. Capacidades de respuesta: no todos los riesgos se pueden anticipar, sin embargo, la simulación de respuestas ante posibles eventos de riesgos puede ayudar a mejorar la capacidad organizacional para enfrentarlos.