Difícilmente exista algún medio de comunicación que haya penetrado tan rápido en nuestras vidas como la Internet. En pocos años alcanzó más de un cuarto de la población mundial.
A la velocidad que se vislumbran los acontecimientos y la forma que adopta esta forma de comunicación e integración social entre las personas, pronto el mundo virtual podría llegar a superar el mundo real de los individuos que se van incorporando a su ritmo e influencia. Aunque muchos aún no comprendan los fundamentos tecnológicos que la sustentan, ya es una necesidad para su vida cotidiana.
Es una herramienta que está llevando a otros niveles la era del conocimiento.
Hoy en día hay infinidad de contactos que invaden nuestra existencia virtual y se desechan antes de lograr interesarnos por no contemplar las mínimas reglas básicas de la buena comunicación comercial.
“Si bien su facultad de llegar e interesar pueden ser diferente de los medios que estamos acostumbrados a utilizar para el desarrollo de estrategias de comunicación eficaces, su forma y contenido no tienen por qué estar alejadas del mismo objetivo primordial de crear ideas que aporten un valor agregado a las marcas que prefiere el consumidor”, dice Antonio Carranza Vásquez, director de BIT Digital Thinking.
Entrar en la vida virtual de las personas resulta muy atractivo para los nuevos objetivos del mercadeo, pero hay que hacerlo de forma profesional e inteligente para que sume valor y no reste a la credibilidad del medio ni a la de las marcas que lo utilizan.