Columna Empresas del Siglo XXI: ¿Por qué debemos utilizar el humor en la publicidad?

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

El humor es un estado de ánimo. El buen humor ayuda mucho a la convivencia y promueve mejores personas.

El humor en la publicidad es un recurso de similares posibilidades a los efectos especiales, el testimonio o el dibujo animado. Pero hacer el humor en publicidad no es sencillo porque el arte de hacer reír con originalidad no es tarea fácil.

También hay que considerar que no existe un solo humor, sino que muchas formas de hacerlo. Es un reflejo fiel de la sociedad y cultura en que se vive. Por eso la efectividad del recurso está condicionada a que el tipo de humor sea el adecuado y que se cumplan reglas parecidas a las que deben observarse para hacer un buen chiste, pues lo que le causa gracia a algunos, a veces desagrada a otros.

Hay dos requisitos básicos para que el humor pueda utilizarse con buenos resultados. En primer lugar, responder a la idiosincrasia de la mayoría del público al cual va dirigido, y luego que el mensaje sea compatible con la personalidad del producto que se anuncia.

Con respecto al segundo, si bien es cierto que la gente se puede inclinar por un determinado humor, no es menos cierto que todo producto o servicio que se anuncia tiene también sus propias exigencias. La gama es tan amplia e ilimitada como la misma creatividad.

Si bien el humor resulta muy atractivo, conviene pensar un poco más antes de llegar al matrimonio con él en una campaña, sin descartarlo nunca de una vez, pues es saludable utilizarlo más a menudo.