Columna Empresas del Siglo XXI: Tener una empresa certificada no lo es todo

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Muchas veces me han preguntado si es esperable un aumento de ingresos por una certificación de carbono neutro o una de responsabilidad social. Mi respuesta siempre ha sido: “…no necesariamente”.

Sin embargo, cada vez más, las nuevas generaciones van siendo mucho más exigentes en la selección de los productos y servicios que manifiesten una preocupación sincera por la sostenibilidad del planeta. Es por esta razón que cada vez tienen mayor aceptación los productos orgánicos, los saludables, los que no dañan el ambiente y los productos y servicios que se preocupan legítimamente por un mundo mejor.

Uno de los casos más interesantes, en este sentido, que tenemos en Costa Rica, es el del Grupo Agroindustrial El Ángel. Muchos recordamos como esta empresa, muy dañada física y económicamente por el terremoto de Cinchona, decidió no despedir a ninguno de sus cerca de 1.000 empleados y, por el contrario, buscó como ayudarles en la reconstrucción de sus viviendas y en el restablecimiento de sus vidas, que para muchos de ellos, fueron severamente afectadas.

La reacción inmediata de una gran cantidad de costarricenses, incluyéndome, fue seleccionar en los anaqueles de los supermercados los productos El Ángel, como una forma de solidarizarnos con esa gran causa. No tengo datos del efecto neto en las ventas de esta empresa, pero estoy seguro que esta reacción colectiva en algo contribuyó a mitigar las cuantiosas pérdidas que sufrieron.

El tener uno o varios certificados no basta para que el público nos lo reconozca con sus compras. Cuando las empresas tienen un verdadero propósito que va más allá de simplemente hacer dinero, logran atraer un mercado cada vez más grande de consumidores que buscan algo diferente; un consumo más consciente.

*Consultor