¿Cuáles son los desafíos que la actualidad impone al nuevo líder?

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El éxito de la gestión de un grupo de trabajo depende generalmente de muchas variables: el entorno, la motivación, el conocimiento de los integrantes, y en delegar y entregar funciones.

Se trata de algunos aspectos que el líder como un estratega y visionario debe manejar y estructurar a la perfección para llegar a un objetivo común y para que los miembros entreguen el 100% de su rendimiento.

Teniendo en cuenta esta responsabilidad, se pueden ofrecer recomendaciones para potenciar las capacidades del talento.

Cuidar al equipo: Es una actividad inherente a la condición humana, en el sentido que las personas en muchas oportunidades van a necesitar del apoyo o colaboración de otro. Partimos del hecho de que las personas son las que hacen las empresas; esto hace que este principio sea uno de los más importantes y sobre el cual el líder debe trabajar más y tener más cuidado, ya que garantizan la salud mental y física de los miembros.

Para evitar el desgaste, es importante, además, contar con un ambiente saludable de trabajo. Una oficina con condiciones de trabajo óptimas y un ambiente participativo e igualitario son pilares fundamentales para fomentar un clima laboral ideal.

Conocer a los miembros del equipo de trabajo: Entender cómo son en realidad las personas le permitirá establecer funciones de acuerdo con sus capacidades y límites de comportamientos. El conocer al equipo le permitirá alinear los objetivos de la empresa, frente a las expectativas que tienen de la compañía, su entorno laboral y sus metas personales.

Manejar el conflicto: Un líder está en capacidad de entender que de los conflictos pueden resultar grandes oportunidades para el desarrollo de ideas y para poner en marcha iniciativas que aportarán un valor significativo a los resultados finales. Se trata de eventos que son inevitables y que están en el ADN de cada uno de los equipos. El éxito dependerá de la manera como se supere y como se involucre al equipo en la toma de decisiones.

Estar preparados para el éxito: Una situación que no es muy recurrente, pero que hay que saber manejar. Es importante que un líder esté en capacidad de afrontar un éxito de la mejor manera, ya que muchas veces, la euforia no permite plantearse nuevas metas y objetivos, lo que hace que los equipos se queden estancados.

Por otra parte, es clave que después de haber conseguido una meta, se haga una retroalimentación de lo que pasó y las metodologías y estrategias que se utilizaron para llegar allí. La consecución de un logro no garantiza la excelencia de los procesos. Siempre habrá algo por mejorar.

Estar preparado para la llegada de los millennials: Un apartado que hoy cobra bastante importancia, si se tiene en cuenta que para el 2020, el 50% de la fuerza laboral serán millennials . Se trata de una generación que ha sido educada con unos valores corporativos muy diferentes de los de las últimas camadas de trabajadores. Cuentan con un muy poco sentido de pertenencia por las organizaciones, por lo que el salario emocional desempeña un papel determinante si queremos que desarrollen todos sus talentos. Buscan mucho más que una buena remuneración.

No limitar la innovación y la creatividad: Dar la oportunidad a los miembros del equipo de expresarse y de hacer aportes, que al final pueden resultar ser muy valiosos para la estrategia de trabajo o para resolver alguna situación en particular. De igual manera, el líder debe estar abierto a entender que, en la actualidad, existen soportes como las nuevas tecnologías, las cuales se han convertido en la mano derecha para desarrollar y organizar procesos.

Para enfrentar estos desafíos, el líder debe tener un manejo adecuado del equipo de recursos humanos.

Precisamente, en la actualidad ya existen soluciones tecnológicas que, por sus características, se pueden implementar de una forma sencilla y amigable con el objetivo de desarrrollar estas tareas.

Las soluciones ofrecen un valor agregado a las organizaciones ya que permiten ejecutar tareas de gran precisión para la detección y retención de talentos. Entre estas se encuentran: a) manejo de emociones; b) conocer a los trabajadores y sus talentos; c) referenciar posibles talentos y redes sociales; d) manejar la gestión de talentos con base en sus expectativas; e) desarrollar el sentido de pertenencia a través estrategias de cliente interno; f) actualizar los programas de capacitación e inmersión (tarea que demanda altos costos y tiempos, pero que se puede optimizar si se efectúa una debida implementación); g) incentivar de acuerdo con las necesidades y expectativas de los miembros de un equipo de trabajo y h) incentivar el teletrabajo.

El líder es una figura en constante evolución. Hoy el éxito de su gestión depende fundamentalmente de un cambio de rol y mentalidad, pasando de ser un modelo autoritario a convertirse en un estratega o un sicólogo.