Buscando lo 'novedoso' en la capacitación de ejecutivos

Todo lo que sea innovador, sea una idea o un objeto, debe causar una reacción

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Lo que hace que algo sea innovador en un aula no es tanto la tecnología, sino la reacción de las personas. El uso de videos durante una conferencia puede ser novedoso para los ejecutivos de una empresa, pero no para los estudiantes de una universidad.

En un salón de capacitación, una pantalla LCD puede ser algo novedoso, pese a ser una tecnología ya conocida.

Everett Rogers, en su obra Diffusion of Innovations, trata de explicar cómo, por qué y a qué ritmo se propagan las nuevas ideas y, principalmente, la tecnología.

Para Rogers, una innovación “es una idea, práctica u objeto que es percibido como nuevo por un individuo u otra unidad de adopción”. Es decir, lo relevante para la conducta humana es la percepción de esa idea, práctica u objeto innovador.

Conviene destacar tres ideas fundamentales de la definición de Rogers.

Primero, la percepción de la idea: lo que para un grupo de alumnos puede ser novedoso en un momento determinado, para otro quizá no lo sea. La segunda es la temporalidad: el espacio de tiempo en que se da la reacción de las personas, por ejemplo, al comenzar a cursar una maestría, o al final de ella. En tercer lugar, está la interacción de la gente con el dispositivo: si no existe una reacción de las personas, entonces no ha habido una innovación.

Hacer innovaciones en la capacitación no debería ser tan complicado. A veces basta variar los recursos que se utilizan con frecuencia, pasar del PPT de texto, a uno con video. Lo más curioso es que la innovación podría entonces aplicar en sentido “retro”. Por ejemplo, las escuelas de negocios de primer nivel usan pizarras de tiza, no acrílicas.

Quizá lo que deben hacer las empresas para innovar es acudir a lo vintage y no tanto a lo sofisticado sobre todo cuando se quiere generar que la capacitación de ejecutivos realmente tenga impacto.