Muchas de las pantallas que hay en las empresas y salones de capacitación son en realidad televisores que fueron diseñados para actividades de entretenimiento, no de educación.
Por ejemplo, un televisor de plasma o una pantalla LCD son ideales para ver películas y partidos de fútbol; su diseño original no era para proyectar una simple presentación o un video aislado, en medio de una actividad de formación para ejecutivos. A este tipo de modificaciones se le puede llamar reinvención: una reinvención es dar un uso distinto a la innovación, el cual es diferente al dispuesto por el fabricante.
La reinvención corresponde a la organización, y también al profesor. Un facilitador puede hacer modificaciones a la intención con que fueron concebidos los equipos, los contenidos y el abordaje pedagógico, generando así experiencias de aprendizaje enriquecedoras. Por ejemplo, en lugar de usar “clickers”, podría utilizar aplicaciones para dispositivos móviles, tales como Kahoot!, que permitan a los participantes interactuar en clase.
La adopción de una innovación no es una actitud totalmente pasiva, sino que puede variar a lo largo del tiempo. Por ejemplo, un smartphone no fue creado originalmente para interactuar en el aula, pero si el profesor se esmera, puede encontrar modos apropiados de conseguirlo. De hecho, estudios demuestran que la actividad de reinvención tiene mejores efectos en la adopción de innovaciones dentro de las instituciones educativas, debido a varios factores que la habilitan.
Las innovaciones que son relativamente más complejas y difíciles de entender tienen más probabilidades de ser reinventadas. Por ejemplo, un programa para simulaciones de negocios que requiere una cierta pericia, quizá sufra alguna reinvención en su uso, con el fin de operarlo de manera más amigable.
En síntesis, la reinvención de la tecnología dentro los procesos de capacitación son necesarios para que los facilitadores optimicen el aprendizaje de los ejecutivos.