Cómo pueden trabajar los CEO con una junta directiva activa

Trabajar individualmente y tener comunicaciones menos formales pueden ayudarlo

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

En compañías de casi todos los tamaños, a lo largo de todos los sectores, las juntas directivas están atravesando una transformación. Principalmente a causa de una creciente intolerancia de los accionistas hacia el mal desempeño, las juntas directivas ceremoniales del pasado están siendo reemplazadas por juntas activas, que demandan más de los directivos e intervienen más en sus asuntos.

Este cambio puede ser desafiante y frustrante para los CEO. Sin embargo, los ejecutivos pueden ser efectivos en este nuevo entorno al tratar de manera diferente con sus juntas. He aquí cuatro formas de hacerlo:

Trabaje con los miembros de la junta individualmente y en grupo. Al priorizar las interacciones informales individuales, un CEO ayudará a atender el sentido del deber de los integrantes de una junta directiva activa, respecto a estar cerca de la empresa. A través de un diálogo personal, el CEO puede sumarlos a iniciativas importantes y lidiar con problemas antes de que se conviertan en crisis. Al crear un vínculo con los directores individuales, el CEO también reduce las probabilidades de que lo debiliten o lo ataquen por la espalda.

Es especialmente importante formar una relación con el director en jefe o presidente. Conforme las juntas directivas se vuelven más activas, las personas en estos puestos tienen la llave para definir agendas productivas y manejar los asuntos de la junta. Uno de nosotros participó en una junta activa, que incluía miembros que frecuentemente amenazaban con descarrilar agendas. El CEO silenciosamente reclutó al director en jefe y al presidente para restaurar el orden, y así lo hicieron.

Los CEO también deberían considerar el reclutar a un miembro de la junta como consejero informal. Durante reuniones individuales, el CEO puede identificar a un candidato apropiado. Este miembro de la junta puede ser de gran valor como caja de resonancia y guía para trabajar de manera efectiva con la junta.

Comuníquese de manera menos formal y más a menudo. Muchos CEOs y sus equipos siguen ofreciendo las tradicionales presentaciones de 80 diapositivas en PowerPoint en las reuniones de la junta directiva. Sin embargo, considerando que las juntas de la actualidad desean cada vez más un diálogo, recomendamos reemplazar la presentación con una reseña verbal bien pensada y una sesión de preguntas y respuestas que cubra las novedades, desafíos y oportunidades.

Esto mostrará que el CEO está usando su tiempo con la junta directiva para discusiones serias. También enfocará el activismo de la junta en temas donde el CEO se beneficie del conocimiento y consejo de los directores. Además, al tomar el liderazgo invitando a la junta a discutir temas críticos, el CEO puede manejar mejor el proceso y evitar una de las mayores desventajas de una junta activa: la interferencia disruptiva en las operaciones empresariales.

Pudiera parecer obvio que los CEO deberían comunicarse constante y sustantivamente con los directores. Sin embargo, en la realidad los CEO suelen acercarse la junta sólo cuando hay un problema. Muchos también tienen dificultad para tratar regularmente una mezcla balanceada de temas importantes.

Una solución son cartas regulares de parte del CEO a la junta. Un lugarteniente de alto nivel, como el jefe de comunicaciones, debería manejarlas. Un ritmo mensual ha demostrado ser efectivo con muchas juntas. Para asegurar un contenido balanceado y relevante, la carta debería atender una serie de temas constantes, como actualizaciones de la empresa y advertencias tempranas de posibles cambios.

Exponga a los directivos ante la junta. Aunque las juntas típicamente se han enfocado en la sucesión del CEO y el talento entre los subordinados directos, las juntas activas también están interesadas en los niveles inferiores. Perciben correctamente a esos ejecutivos como los líderes que deberían estar impulsando el desempeño. Los miembros de una junta activa buscarán conocerlos.

Algunos CEO sienten que esto es intrusivo o les preocupa que los ejecutivos de menor nivel no están listos para presentarse ante la junta. Sin embargo, de hecho es positivo que los integrantes de la junta interactúen con niveles más profundos del talento. Aprenden más acerca del negocio y la siguiente generación de líderes de la compañía. Los miembros de la junta directiva también pueden retroalimentar al CEO acerca de las personas a las que conocen y, para los ejecutivos, la clase correcta de exposición a los integrantes de la junta es una gran oportunidad de desarrollo.

El CEO debería dirigir el proceso de interacción, lo que le permitirá tener una mayor influencia. Puede seleccionar a los individuos de mayor potencial para las interacciones y organizar las juntas, de forma que sean productivas. También puede informar por adelantado tanto a los ejecutivos como a los miembros de la junta, acerca de cuándo se reunirán y revisar posibles temas de discusión.

Planee estratégicamente. Las juntas directivas tradicionales típicamente se involucran sólo al final del proceso de planeación estratégica. Por el contrario, las juntas activas suelen presionar para involucrase desde el inicio, porque la estrategia es muy importante para el desempeño de la compañía.

La noción de involucrar a la junta en la planeación estratégica puede poner a los CEO a la defensiva. Temen que la junta pudiera afectar el proceso, a causa de su conocimiento insuficiente respecto a la empresa. También les preocupa que el involucramiento de la junta en la planeación provoque interferencia en la administración cotidiana de la compañía.

La clave para navegar este desafío es mantener la planeación estratégica en manos de la gerencia, pero invitar a los directores a brindar consejo y retroalimentación desde el inicio. Una forma de hacerlo es involucrar tempranamente a la junta directiva en cuanto a decidir la dirección estratégica de la compañía, sin entrar en detalles. El CEO y su equipo pueden desarrollar y presentar diversas opciones a la junta. A continuación, los ejecutivos pueden solicitar los aportes de la junta respecto a cada uno de ellos, pero sin pedir una votación. De esta forma, el CEO puede obtener una valiosa perspectiva de la junta, que fortalecerá todas las elecciones y obtendrá apoyo desde el inicio.

A continuación, el CEO puede brindar actualizaciones sobre el proceso de planeación, a través de cartas y reuniones con la junta directiva. Esto permite que los directores se mantengan involucrados y brinden aportes, pero deja el control del proceso en manos del equipo ejecutivo.