El gran potencial de la imaginación en las empresas

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El mercadeo siempre concentra la creatividad en su lenguaje principal: la comunicación. Pero hace tiempo comenzó a aceptar que hay que practicar la imaginación desde el principio de cualquier proyecto.

Hasta los catedráticos más distinguidos de Harvard reconocieron en la imaginación un valor tan tangible como las estadísticas o la investigación. El tema es encontrar la forma de estimular y orientar la imaginación por el camino más productivo.

Una herramienta es el pensamiento lateral, práctica y rápida para personas que buscan la creatividad y la eficiencia en sus labores.

Se trata de apartarse del pensamiento lógico que heredamos de los griegos y romanos para comenzar a buscar la solución de los problemas por medios ilógicos en apariencia.

También hay escuelas de negocios que ponen a sus alumnos a estudiar el teatro de Sófocles y Shakespeare desde la perspectiva de la gerencia. Los clásicos pueden protagonizar casos muy aleccionadores para los que deben tomar decisiones importantes a diario.

El análisis de las experiencias de los que no tienen rutina, ni reglas de trabajo, ni encuadres severos, podría ser de mucha utilidad, tanto en el mercadeo como en otras disciplinas del mundo de los negocios que aspiran a ser más creativas y frescas.

Un distinguido colega dijo: “A veces estamos tan preocupados por los resultados de las estadísticas que nos olvidamos que podemos influir en ellas actuando con un poco más de imaginación”.

Alejarse, de vez en cuando, de lo meramente racional en temas serios de negocios y hacer de la curiosidad o la risa espontánea un motivo de encuentro, también puede sacar a la luz la potencial imaginación que todos tenemos.