Por primera vez en la historia moderna, la demografía laboral incluye cuatro generaciones, lo que genera diferencias significativas en valores, estilos de comunicación y de trabajo de los colaboradores.
El manejo de la dinámica intergeneracional es hoy día uno de los grandes retos que enfrentan los gestores de capital humano y los líderes organizacionales.
Las empresas necesitan ser inclusivas, construyendo sobre los valores y fortalezas de cada generación, para lograr impactar los resultados financieros. Para ello, hay que empezar por analizar la composición generacional del personal en la empresa, utilizar la información para guiar la estrategia de recursos humanos, facilitar la conversación cotidiana sobre las diferencias generacionales para incrementar la comprensión, el respeto y el valor que cada generación agrega a la empresa y a sus clientes.
Las estrategia de capital humano debe enfocarse en convertir la plantilla multigeneracional en uno de los activos más importantes. Nunca antes habíamos tenido la oportunidad de contar con perfiles tan diversos, ni con la variedad de experiencias, conocimientos, deseos de innovar y entusiasmo que traen a la mesa este conjunto de generaciones que, si se gestionan de forma efectiva, agregarían un gran valor económico.
Las gerencias, por su lado, deben ser conocedoras de las principales características y motivadoras de cada generación y pueden incrementar la creatividad, productividad y moral laboral, en sus equipos de trabajo y en la organización, mediante entrenamientos, que permitan a sus colaboradores tomar conciencia, eliminar estereotipos, encontrar e implementar lo positivo de cada generación y alentar el trabajo en equipo para alcanzar los objetivos fijados.