Empresas del Siglo XXI: ¿Cuánto protagonismo debe tener el Gestor de Calidad en la empresa?

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Otro de los grandes errores que no permiten la obtención del máximo beneficio de las normas ISO 9001 en las empresas es el excesivo protagonismo de los gestores de calidad.

Si bien es cierto el gestor de calidad juega un papel trascendental en todas las fases de implementación –porque es el encargado de dar seguimiento a la difícil etapa de redacción de los procedimientos, además de planificar, coordinar y dirigir las auditorías internas, revisiones por la dirección, etc.–, es usual que luego de esta etapa, se mantenga al frente del sistema, como un buen padre que cuida de su hijo.

Si a lo anterior le sumamos que el liderazgo del sistema de gestión de la calidad le da una visión y entendimiento privilegiado de la empresa, esto le agrega una estimulante dosis de poder que los invita a mantenerlo bajo su protección.

Sin embargo, la realidad operativa es que el sistema nunca podrá funcionar de la forma prevista en el estándar, si no existe una adecuada apropiación de este por parte de los dueños de los procesos que involucra, es decir de las gerencias de primer nivel de la organización.

Para esto será necesario que, a pesar de que las labores de implementación y luego de mantenimiento demanden bastante tiempo de estos ejecutivos, ellos sean involucrados desde el inicio, incorporando su propio estilo en la forma de hacer las cosas. Caso contrario, sucederá lo que dice el Evangelio: “…nadie ama lo que no conoce”.