En este comienzo de año, el secreto está en la acción

El fin y principio de año es la época donde más objetivos y metas nos planteamos, pero ¿cuántas llegamos a cumplir?

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"Un gramo de acción vale más que una tonelada de teoría", dijo alguna vez el filósofo alemán Friedrich Engels.

Los primeros latidos de cada año son la época especial para plantearnos objetivos, trazarnos nuevos rumbos y cargar el tanque personal de combustible para alcanzar lo que no pudimos (o no quisimos) en los 12 meses anteriores.

Estamos en el momento del año donde las autopromesas revolotean al compás de los vientos alisios. Sin embargo, no tardarán en pasar unos cuantos días para que aquellos aires de cambio positivo sean solo un deseo sin cumplir.

Igual como sucedió en el 2016, 2015, 2014…La algarabía de las fiestas de fin e inicio de año lleva a muchas personas a prometerse situaciones que pronto abandonarán.

"Quiero comenzar un plan de ejercicio físico para perder unos cuantos kilos"; "deseo cambiar de trabajo porque el actual no me gusta"; "voy a terminar la licenciatura"; "este año sí empiezo la maestría"; "voy a intentar cambiar mi carácter negativo frente a las cosas"; "no volveré a criticar lo que no me gusta".

Plantearse lo anterior está bien. Las decisiones y objetivos son positivos porque encienden la fuerza de nuestra automotivación, pero sin acción, nada ocurre; sin acción, nada pasa.

Si usted ya tomó una decisión o se planteó una meta, felicidades. Sin embargo, todavía le falta hacerlo.

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Las cosas hay que hacerlas, porque con la buena intención nada se hace. Los objetivos solamente se transforman en realidad cuando llevan acción sostenida, constante y perseverante.

Hay que hacerlo a pesar del miedo, de los obstáculos, del riesgo, del fracaso, de nuestros estados emocionales, de no tener todos los medios y a pesar de no estar en el momento perfecto.

La acción es esa dosis de energía que transforma los sueños (plano mental) en realidades (plano físico).

Podemos plantearnos los mejores cambios personales para nuestras vidas, podemos pensar en cosas maravillosas y podemos planear los mejores escenarios, pero solo con acciones serán posibles.

El éxito en cualquier campo del quehacer humano no está tanto en saber, sino en hacer. San Francisco de Asís decía que hay que "empezar haciendo lo necesario, después lo posible y de repente te encontrarás haciendo lo imposible".

Es importante igual tener en cuenta que también existe la acción de no hacer. Cuando usted decide no hacer, también ha decidido, pero si toma este camino, su 2017 se parecerá a los años anteriores, donde no llevó a la acción sus sueños y metas.

La única forma de ganar en este juego es jugándolo, porque aún no se ha inventado un juego en el que usted gane sin jugar.

La acción alimenta la confianza, pero la pasividad y la indecisión alimentan el miedo, porque en los nuevos rumbos emprendidos la energía humana crece con cada proyecto finalizado, no con cada proyecto iniciado.

Lo que usted inicia termínelo, ese logro lo impulsará para el siguiente.Los seres humanos, en promedio, prefieren infelicidad que incertidumbre y tomar riesgos; y la acción va de la mano en tomar dichos riesgos para coronar lo que usted desea en este nuevo año.

Recuerde: solo la acción lo hace.

* Director de la firma consultora Humano