Por lo general, cualquiera que quiere emprender un negocio o crear alguna actividad productiva, se le ocurre alguna idea que considera que puede generar ingresos de manera novedosa. Pero muchos se preguntan cómo se hace un filtrado de esta idea de manera de ponerla en acción con un potencial alto de éxito.
Lo mismo sucede cuando en el día a día, a la hora de negociar o tomar alguna medida que considera un cambio y con ello un riesgo en un negocio en marcha.
Existen un sin número de herramientas desde las complejas y sofisticadas (simulaciones asistidas por software, análisis de riesgo con MonteCarlo u otras más) hasta las más sencillas. Lo que se plantea a continuación es una herramienta de bolsillo, sencilla pero no menos poderosas si se aplica correctamente. Para esto hay que recordar que cuestionarnos siempre es conveniente antes de dar un paso.
La herramienta consiste de una serie de preguntas que se deben contestar con certeza y claridad. Primera pregunta, ¿qué?, si se refiere a qué voy a hacer (la idea en cuestión), cuál es la idea el concepto que voy a desarrollar. La siguiente es ¿por qué lo voy hacer? ¿Es algo innovador? ¿Soluciona algún problema existente? o ¿tiene alguna retribución? La siguiente pregunta es ¿cúal? es el riesgo que trae consigo, peligro o problema adicional, que puede provocar.
Lo siguiente es ¿quién? ó ¿quiénes?, pues define los aliados como los competidores, analiza el mapa de actores y a quienes debes involucrar. Lo siguiente es ¿cuándo?, dado que el plazo es fundamental. Este tipo de acciones son proyectos que deben definir alcance, costo y tiempo para ser exitosos.
Nunca olvide el ¿dónde?, que ayuda a definir costos, junto con la pregunta ¿cómo? se va a realizar esta iniciativa. El cómo es fundamental pues dice qué pasos hay que seguir y que cosas se deben hacer y cuáles no. El dónde define el espacio y algunos recursos que se deben de tomar en cuenta más adelante. Todas estas preguntas contestadas definen el alcance de la idea a desarrollar.
Estas preguntas a pesar de ser tan sencillas, si son tomadas con calma, contestaran muchas de las preguntas básicas y dejarán claras las acciones a seguir. Si alguna de estas no pudiese responderse de manera contundente, será un indicativo de que algo no está muy claro y es una alerta antes de dar cualquier paso.