Desde los años cincuenta (con mayor fuerza en los setentas y ochentas), la actividad del mercadeo y publicidad costarricense encontró en muchos profesionales extranjeros el vehículo de aceleración que ayudó a nuestra industria a desarrollarse y elevar sus estándares, aspirando a las mejores prácticas globales.
Argentinos, españoles, norteamericanos, mexicanos, cubanos, chilenos y venezolanos, entre otros, dejaron huella y legado en nuestro mercado. Nos enseñaron, nos formaron y más importante, nos pusieron al día. Muchos incluso abrieron negocios propios aquí y forjaron sus propias historias. Nuestra publicidad y mercadeo no sería la misma sin sus aportes.
Con la globalización y la llegada de las trasnacionales, y por las diferentes crisis que han vivido algunos países, la venida de profesionales de otros mercados era algo normal, tan normal como encontrar cualquier marca extranjera en las góndolas de nuestros comercios.
Sin embargo, de unos años para acá se ha dado el fenómeno inverso y vemos muchos costarricenses ocupando puestos importantes y liderando operaciones en el extranjero. Por eso, pretendo rescatar el talento costarricense que brilla en el extranjero; que “anota goles” y “hace jugadas maravillosas” para poner en alto el nombre de sus compañías y clientes, y por ende, el de nuestro país. Eso sí, sin hacer bulla y trabajando muchísimo.
Marcela Aguilar en Apple (California, Estados Unidos), Warren Marenco en Verizon (Nueva York, Estados Unidos), Max Gutiérrez y Cristian Caldwell en McCann (Lima, Perú), y Álvaro Luque al mando de Avocados From Mexico (Estados Unidos) son solo algunos nombres de muchos. Por cierto, Álvaro es el único tico con presencia anual en el Super Bowl.
Ellos merecen todo el reconocimiento del mundo. Sus caminos son muy diferentes, pero estoy seguro de que todos estarían de acuerdo en decir que ninguno la ha tenido fácil.
¿Qué los ha llevado a esos lugares? Una mezcla potente de talento, preparación, visión y resiliencia. Han tenido “el colmillo” para sacar el mejor provecho de sus situaciones. Y porque conozco a muchos de ellos, puedo decir que todos están convencidos de que pueden competir con cualquiera.
Y también, hay un paralelismo para las marcas.
Este es un país que se emociona y vibra con las grandes gestas de los ticos que la pegan afuera. Desde el Dr. Chang, hasta los futbolistas, cineastas, actrices y actores, modelos, científicos, y como olvidar al famoso vaquero que rescató heridos en el atentado en la maratón de Boston.
Lo mismo puede suceder con las marcas costarricenses que se venden en otros mercados.
Sus acciones en otros países pueden tener impacto local. Pueden poner su audiencia a vibrar.
Al abrir mercado en el exterior pueden consolidar el local, por ejemplo, los camiones de Imperial por Nueva York, las frutas de Costa Rica de exportación en los supermercados en Europa, entre otros, que nos hacen sacar el pecho y orgullecernos como ticos.
Ojalá, muy pronto sean todos estos ticos en el extranjero, quienes vengan y compartan con nosotros todas sus enormes experiencias. Que su aporte allá sea nuestro aprendizaje aquí.