La empresaria con alma de bailarina

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Es el 2012 y Melania Fernández camina por las calles de la ciudad de Nueva York. Observa hacia arriba y ve, a través de un ventanal, a gente colgada de cabeza en unas hamacas, realizando ejercicios.

“Era gente metida dentro de un capullo, haciendo toda una clase seguida, superfluida. Yo dije: ‘quiero hacer eso’”, rememoró la joven de 30 años, quien es administradora de empresas y bailarina desde los 12 años.

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En ese entonces, Fernández cursaba una maestría en educación para la danza en New York University.

Se matriculó en una clase para aprender a usar esa curiosa hamaca, se enamoró y realizó todos los entrenamientos para convertirse en profesora.

La disciplina que tanto llamó su atención se denomina antigravity fitness, creada en 1991 por el bailarín y coreógrafo estadounidense Christopher Harrison, cuya característica principal es que se utiliza una hamaca para realizar diferentes ejercicios.

En diciembre del 2012, Melania –quien fue gimnasta y trabajó previamente como analista financiera en Banco Improsa– compró la franquicia y la trajo al país.

Cursos que ofrece

En enero del 2013, abrió su propia empresa, llamada Andamio Escuela de Movimiento, en la que aparte de dar clases de ballet, jazz, hip hop, sing act and dance (teatro musical) y ballet de piso, ofrece cursos de antigravity .

Hay varias opciones: antigravity yoga (fusiona gimnasia, danza, pilates, calistenia, artes aéreas y yoga tradicional), antigravity pilates (se realizan ejercicios de pilates), antigravity airbarre (se efectúan ejercicios de ballet) y antigravity kids (para niños).

“Se usa la hamaca como un trapecio para invertirse. Ese es el beneficio más importante y único que tiene esta técnica, comparado a cualquier otra disciplina, que es que uno se invierte del sacro, que es un hueso que es parte de la columna vertebral y ahí nos colocamos la hamaca”, explicó.

Entre los beneficios que destaca están la descompresión de la columna, el alineamiento del cuerpo y el alivio de los dolores de espalda.

Quienes lo practican, pueden relajarse y divertirse, aunado a que la disciplina cuenta con toda una filosofía que aboga por abrir la mente, el cuerpo e innovar.

Despegue

Su negocio ha crecido significativamente: de 40 estudiantes que tenía en el 2013 en su sede en Zapote, hoy cuenta con 160.

En enero de este año, abrió una sucursal en Avenida Escazú, denominada AntiGravity West by Andamio, que reúne a 90 alumnos.

Melania es una profesora certificada para enseñar AntiGravity a estudiantes y a profesores y ha certificado a instructores de Chile, Honduras y Bélgica, entre otras naciones.

Desde su adolescencia, esta empresaria se vio trabajando en su pasión: la danza.

“Todos los trabajos de la U, del cole, los hacía de escuelas de danza. La gente ya estaba obstinada de oírme con el mismo cuento”, recordó.

Hoy se siente afortunada de trabajar en lo que le gusta y contagia a la gente de su entusiasmo por el baile y el antigravity .

“Es demasiada la satisfacción cuando alguien logra un truco y me estrecha la mano para chocarla; eso para mí no tiene precio”.

En detalle

Edad: 30

Empresa: Andamio Escuela de Movimiento

Cargo o profesión: Propietaria y directora