Las empresas de hoy se miden por el valor de su capital intelectual

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¿Cómo es posible que una empresa en Estados Unidos, con una pequeña participación en un nicho de mercado, que alquila oficina y cuenta con algunas computadoras, busque inversionistas antes de obtener ganancias, y después de la Oferta Inicial Pública, logre una valoración millonaria?

La respuesta radica en lo que la empresa no ha reportado. Los expertos y analistas estiman que el 75% de las fuentes de valor en una empresa no son reportadas porque no contamos con sistemas contables que puedan registrarlas. El valor escondido está usualmente agrupado bajo “activos intangibles”. Lo valioso en la industria tecnológica no son las redes sino las mentes que los generaron.

Cada vez más, el valor en las empresas es impulsado por los colaboradores, sus ideas y su gestión con los clientes.

Tradicionalmente, el único activo intangible que se valoraba era el de propiedad intelectual, hoy día los inversionistas valoran cuán bien la empresa ejecuta su estrategia, desarrolla liderazgo y sucesión, remunera el desempeño, mantiene índices de retención, satisfacción e innovación y una cultura organizacional alineada con la estrategia.

Aunque aún no es posible monetizar estos activos intangibles, es importante considerarlos en el proceso de creación de valor para asignar eficientemente los recursos financieros, comprender mejor el modelo de negocios y evaluar adecuadamente las oportunidades de negocios.

No hay duda de que el ejercicio de evaluar más allá de los reportes financieros será crítico para cualquier organización que depende de activos intangibles para crear valor.

Los expertos financieros deben liderar este proceso, utilizando sus competencias en medición y control, para el desarrollo de sistemas capaces de integrar el capital intelectual y financiero en la creación de valor.