No hay espacio para la ineficiencia

Las empresas que se han mantenido funcionando y tienen una mirada fija en el futuro, hoy son más eficientes que antes de la pandemia y superada esta experiencia lo serán más en el futuro

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Winston Churchill dijo: “Nunca se debe desperdiciar una buena crisis”, y esta frase es aplicable hoy en día a la realidad de las empresas en medio de la pandemia.

Las empresas que se han mantenido funcionando y tienen una mirada fija en el futuro, hoy son más eficientes que antes de la pandemia y superada esta experiencia lo serán más en el futuro.

Por tal motivo es que en estos tiempos no hay ningún chance de ser ineficientes en nuestras operaciones. En tiempos de cierta normalidad o de relativa bonanza, las empresas dejan pasar oportunidades para mejorar sus procesos, a veces por no modificar el estatus quo, por la resistencia al cambio, o por el clásico argumento de “aquí siempre lo hemos hecho así”; y no se hacen cambios importantes.

En estos momentos donde todas las empresas de una u otra manera han experimentado cambios en su accionar, es imprescindible buscar las eficiencias en todos los procesos, tanto operativos como administrativos, para tener opciones reales de mantenerse vigente en el mercado.

Guía de un asesor

El día a día, las urgencias y algunas tareas operativas consumen el tiempo de las direcciones y gerencias de las empresas, y si a esto le sumamos la necesidad no solo de hacer cambios estructurales, sino de alinear los procesos, termina siendo una tarea casi imposible de cumplir.

Para ahorrar dinero se deben eliminar las consultorías, asesorías y capacitaciones, pero como todo, lo que se debe hacer es una inversión enfocada de esos recursos buscando la meta final.

En estos momentos cuando de la búsqueda de la eficiencia es la constante, es donde una asesoría específica tiene un gran valor para las empresas. Los puntos donde una asesoría tienen relevancia son:

  • Alineamiento de Procesos. Muchos de los procesos de las empresas no trascurren de una forma lineal y simple, normalmente tienen demoras o pasos que no agregan ningún valor al entregable del proceso. Identificar y eliminar esos pasos es una labor del consultor.
  • Aprovechar las herramientas existentes en la empresa. Las empresas han invertido en software y otros activos que muchas veces no explotan y ya cuentan con recursos que pueden hacer más eficientes sus operaciones. Buscar las oportunidades de las herramientas en función a la alineación de los procesos, es algo donde un consultor agrega mucho valor.
  • Implementación de mejores prácticas. Un consultor por la obligación de actualización y por su experiencia en el trabajo de varias empresas, aporta mucho de las mejores prácticas y métodos utilizados en otras empresas para la solución de problemas comunes.
  • Cambios de enfoque de las operaciones. Muchas empresas han cambiado su enfoque parcial o totalmente, estos cambios de rumbo, si bien son necesarios, no siempre existe el “know how” (saber cómo) dentro de las organizaciones. Es prudente el acompañamiento de un experto ya que en estos tiempos no hay espacio para aprender haciendo, sino que se debe ser exitoso desde el inicio.
  • Lograr sinergias con proveedores y clientes. El mismo conocimiento del consultor en el funcionamiento de distintas empresas, puede guiarlas a mejorar procesos entre sus suplidores y en mejora del servicio a sus clientes , generando valor y sinergias que fortalezcan las relaciones comerciales y generen ahorros generales
  • Evaluación de las inversiones. Ahora más que nunca las inversiones hay que evaluarlas con mucho más cuidado, no es que no se deben hacer, es que hay que ver cómo estas encajan en la nueva realidad de la empresa y cómo esa inversión realmente generar valor. El que un consultor apoye el análisis, es mejor antes de que la inversión no sea provechosa o prudente.

Rol de la Consultoría

El rol de la consultoría en estos tiempos es de aceleración de los cambios y de apoyo para que estos sean efectivos en las empresas.

El consultor es el catalizador para que las partes del proceso cedan espacio y que este fluya, es el que lleva el liderazgo para guiar a la empresa hacia procesos eficientes, sin que signifique pérdida de control ni de abandonar pasos importantes.

Debe traer aspectos que agreguen valor a las organizaciones, donde los esfuerzos vallan dirigidos a trabajar solo en actividades que agreguen valor al cliente, que nada lo que se haga atente con el servicio final en términos de tiempo o burocracia interna sin sentido.

La situación actual es el mejor momento de hacer los cambios que siempre se ha querido, pero que nunca se han hecho, ahora volverse eficiente es una condición de supervivencia no de diferenciación, es un tema de mercado, de selección natural. Los que habían caminado en esa dirección hoy tiene ventaja sobre los competidores y se fortalecieron en estos tiempos de pandemia , pero los que no habían dado el paso, lo deben hacer ahora y ahí es donde el rol de un asesor se hace necesario para hacer los cambios por prontitud y eficiencia.

En las organizaciones ahora se debe hacer más con menos, pero debe maximizar el valor que la empresa genera a sus clientes, ya sabemos que los negocios hoy en día van más allá del intercambio de bienes y servicios, los negocios ahora tienen componentes de ofrecer una buena experiencia y esta se logra con eficiencia, información y comunicación. Hacia ahí es que deben dirigirse las operaciones de las empresas y una buena guía es importante para lograrlo.