Nuevo rector del Incae apunta a depurar el perfil del Instituto

Enrique Bolaños Abaunza apuesta por mayor diversidad socioeconómica, mejoras en infraestructura y acercamiento estratégico con exalumnos

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Una mayor diversidad socioeconómica entre los estudiantes, mejoras a la infraestructura y el acercamiento estratégico a los egresados, a manera de autoevaluación, son los principales objetivos que se plantea Enrique Bolaños Abaunza, nuevo rector del Instituto Centroamericano de Administración de Empresas (Incae Business School).

Bolaños conversó con EF tres semanas después de su toma de posesión. Es el primer rector no académico de una de las 40 mejores escuelas de negocios del mundo, según el Financial Times .

Su experiencia es empresarial, con 30 años de carrera y posiciones en Colombia, México, Estados Unidos y Bélgica, además de la gestión de operaciones en Japón, Brasil y Malasia.

Hace tres años se retiró y regresó a Centroamérica. Ingresó a Incae como vicepresidente ejecutivo, puesto en el que trabajó junto al rector saliente, Arturo Condo, en la visión, estrategia, planes y proyecciones futuras de la escuela de negocios.

Como egresado de la generación de 1974, este nicaragüense está convencido de la calidad y exigencia de su alma máter –considerándolas “incuestionables”– y apuesta a seguir los procesos de renovación tecnológica impulsados por Condo.

“Tenemos cosas que hacer internas, no en la parte académica”, subraya. Su foco estratégico es más afín a su perfil empresarial: busca alianzas y cooperación estratégica para reunir fondos. Tiene en movimiento una iniciativa para captar nuevas fuentes de ingresos e inyectarle nuevos bríos al Incae.

Estudiantes globales

Aunque a Bolaños no le preocupa la calidad académica, sí está pediente de posibles ajustes en las formas con las que el Instituto le llega al estudiante.

“La facultad para mí es el motor y el alma de esta institución, a medida que seguimos enseñando casos y a medida que hay más empresas importantes en la región, los casos deben ser basados en investigaciones que se hacen aquí, de experiencias locales, para que aprendamos de nuestros problemas locales. Estamos haciendo más y más de esto”, asegura.

Con este campo cubierto, sus intereses se mueven a la conquista permanente del estudiante joven, global y con inquietudes emprendedoras. En ellos, y en los egresados, es en quienes se enfocará durante su gestión.

¿Cuál es el perfil del estudiante actual del Incae?

Es de un nivel de entrada académica un poco más alto del que teníamos antes. La diversidad académica es completa: tenemos abogados, historiadores, músicos, médicos, ingenieros… ¡de todo! El estudio de casos, más los cursos que damos al comienzo, ayudan a balancear esas variantes que hay entre los diferentes profesionales y nivelarlos en un punto único de arranque.

Entonces, ¿el estudio de casos sigue estando vigente, como modelo de educación para las nuevas generaciones?

Claro. Uno aprende más haciendo y discutiendo que con una cátedra que le den. Ahora, Incae obviamente tiene que seguir incorporando la tecnología moderna en sus clases, pero el estudio de casos y la convivencia en el campus son imposibles de replicar mediante Internet.

¿Cómo se adaptan, entonces, a la realidad virtual en la que viven los nuevos estudiantes?

Lo que tenemos que hacer es combinar. Por ejemplo, estamos experimentando con un programa de un año de MBA en lugar del de 21 meses tradicional que siempre hemos tenido. Entonces le decimos a los estudiantes: aquí están todos estos cursos en línea que ustedes tienen que tomar previo al MBA. Contabilidad 1, el mercadeo “no se qué”, las herramientas de matemática financiera, en fin, todo eso lo hacemos en línea. Ya vienen listos para la vida experiencial en Incae.

“A los del Executive MBA (empresarios que ya trabajan) les decimos ‘este módulo lo vamos a hacer en línea, virtual, váyanse a su casa y lo hacen en su casa’”.

¿Tienen en desarrollo más acciones sobre este tema?

En todo lo de mercadeo digital y tecnología digital, Incae tiene que seguir avanzando y tiene que ser parte de nuestra meta en el futuro porque eso es el mundo que viene. Si solo nos quedamos con los 21 meses encerrados dentro del campus, eso no va a satisfacer las exigencia de los estudiantes del futuro.

¿Qué tipo de exigencias? ¿Qué espera que cambie en los estudiantes?

Ya cambió. Los muchachos jóvenes son más globales, antes la visión nuestra era ‘voy a Incae, trabajo en Centroamérica y ya’. Ahora dicen ‘me voy al IE, me voy al ESADE, me voy a Estados Unidos, me voy a todo lado’. Entonces, Incae tiene que irse modernizando. Estamos haciendo grandes esfuerzos para conseguir recursos y transformar los campus. Los dos (Costa Rica y Nicaragua) tienen 50 años. Están viejitos ya.

También ha cambiado la composición del estudiantado...

Claro, otro perfil importante que tenemos es el 40% de mujeres. Una empresa, mientras más diversidad de pensamiento tiene, también tiene más capacidad de ejecutoria y de éxito.

“Nosotros estamos ayudando a que se incorpore más diversidad de género en este momento, pero también todo tipo de diversidad de antecedentes académicos y todo tipo de diversidad socioeconómica: queremos ser la escuela élite de Centroamérica pero siendo el elitismo la capacidad del estudiante y el potencial de desarrollo, no la posición socioeconómica”.

¿Cuál es su estrategia para lograr esta diversidad?

Tenemos un esfuerzo grande en búsqueda de donaciones, mediante filantropía, tanto dentro como fuera de la región. En Estados Unidos, hay mucha filantropía y las grandes universidades tienen grandes donantes. Incae tiene limitaciones porque se fundó sin patrimonio.

“Si lográramos salir con estos fondos, nos darían un respiro para la infraestructura, y recursos para becar a los estudiantes más necesitados”.

¿Cómo es el perfil de salida de esos estudiantes?

Creemos que estamos sacando estudiantes con un profundo final: tienen la pasión por la región, el conocimiento del manejo en la comunidad, de trabajo en equipo; las herramientas para ayudar en la transformación de las empresas donde ellos o ellas van a trabajar, o para la creación exitosa de los proyectos propios.

Red de egresados

El nuevo rector asegura que hará del seguimiento de los 14.000 egresados de todos los programas del Incae una parte fundamental de su legado.

¿Por qué tiene a los egresados como uno de los pilares de su gestión?

Porque si logramos hacer una buena red con ellos, podemos medir la contribución que hacen a la sociedad, que eso ayuda a valorar el aporte del Incae. Pero también hay mil cosas en las que nosotros podemos enriquecernos al estar más cerca de nuestros egresados.

“Además, queremos decirles ‘aquí estamos, para seguirles ayudando en la formación y en su desarrollo, porque ahora uno a los 60 años no se retira’”.

¿Cómo sería esa relación?

Podemos seguir ayudándoles en su desarrollo, en su vida hasta los 70 u 80 años. Inclusive les podemos inculcar que vengan y le regalen tiempo a Incae, vengan a dar charlas a los estudiantes, que conozcan las enseñanzas de sus éxitos y sus fracasos.

“No te sé decir hoy en día cómo lo vamos a medir, no hemos llegado a esa etapa, pero sí estamos con mucha intensidad, empujando este tema para estos próximos años”.