¿Por qué generan desconfianza las encuestas de clima organizacional?

Las empresas se dividen en dos: las que saben escuchar y las que no

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El pronóstico del "clima" no es sólo cuestión de meteorólogos. Las compañías modernas, organizaciones que pretenden escuchar, sentir y vivir, invierten millones y destinan centenares de horas a las llamadas "encuestas de clima", una suerte de termómetro interno que trata de encontrar el sentir de empresa en ese momento.

Todo empieza en la usina de recursos humanos. Desde allí surge la idea de medir cuán contenta, triste o preocupada está la estructura corporativa.

La primera decisión es cómo se va a hacer. Y las opciones son dos: digital o en papel.

La forma de la encuesta se ha tornado muy importante. En una empresa, por ejemplo, el problema es la desconfianza. La mayoría de los empleados considera que los departamentos de sistemas de una empresa estándar puede saber quién completó una determinada encuesta. Sea mito o realidad, hay menos respuestas cuando se usa un formulario online. Es cuando el papel arrasa.

A partir de ese momento, volarán como mariposas correos electrónicos, avisos en la Intranet o afiches en las carteleras para convocar a todos a expresar con sinceridad cómo se sienten en la compañía y, además, cómo sienten a la compañía.

Allí hay una regla. Para ser seductora, cercana, amiga y hasta cómplice, en esos momentos, la empresa tutea a los empleados. "Vení", "participá", "sé parte del cambio", son algunas de las frases llamadoras que utilizan desde la gerencia.

La regla N° 1 para que todo funcione es que la encuesta debe ser anónima y confidencial. Claro que suele haber pequeños trucos para hacer inteligencia y llegar con cierto grado de certeza a las puertas de cada uno que contesta.

En áreas de pocos empleados, si la encuesta incluye información acerca de la edad, el nivel de estudio o antigüedad y experiencia, las huellas quedan muy expuestas.

Pero claro, lo más importante es qué hacer con los resultados. Ese es el territorio en el que las empresas se dividen en dos: las que saben escuchar y las que no.

Haruko Archenti, socio gerente de la consultora en recursos humanos Archenti Group, dice que una vez que la encuesta se implementa y es procesada, hay que hacerles llegar siempre a los empleados no sólo los resultados, sino también comunicar e implementar acciones de mejora.

"Modificar lo que esté mal, y sostener y mejorar aquellos aspectos que colaboran con el buen clima. La información debe compartirse porque son todos responsables del clima de esa organización. No es solo recursos humanos responsable de accionar sobre el clima laboral, el buen o mal clima de trabajo se hace entre todos", dice.

Sin embargo, no es fácil escuchar y publicar los resultados. Un ejecutivo de una multinacional confesó lo que hacen muchas compañías a la hora de mostrar los resultados: lo bueno se publica; lo malo, al cajón.