Sus perfiles en redes sociales pueden afectar su trabajo

Si queremos conocer al candidato que tenemos al frente, revisemos su página en Facebook, sus tuits y mensajes en Instagram

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Si quien entrevista candidatos a cargos gerenciales o revisa referencias preempleo pasara revista a sus páginas y mensajes en redes como Twitter o Instagram, muchos no conseguirían trabajo. Y si estos candidatos supieran que los van a revisar, quizás no publicarían lo que publican y dejarían de desnudarse, literal o metafóricamente, en Facebook.

Cuando contratamos a un profesional, en efecto, contratamos más que su profesión y su trayectoria, su personalidad, su manera de pensar, sus inclinaciones y su forma de tratar a los demás. Y esas cosas se reflejan mejor en las redes que en la hoja de vida o currículo del candidato.

Redes sociales y recursos humanos

Un artículo publicado en la revista Time en 2012 relata cómo los departamentos de Recursos Humanos utilizan las redes sociales para levantar un perfil psico-gráfico de los candidatos que vienen evaluando, citando una encuesta de Jobvite que indicaba que 92% de los seleccionadores usaban ya o planeaban utilizarlas en 2013. El 73% lo hace aún si el aspirante no revela su denominación o sitio. Y además, cita la pieza, más y más empresas vienen también posicionándose en las redes para atraer candidatos potenciales, mencionando de manera específica a firmas como Ernst & Young y Sodexo.

Es decir, esos videos eróticos, vulgares u otros que digan "Comparte para verlo" y que se colocan tan a la ligera en los muros de Facebook serán vistos seguramente por el reclutador que usted piensa visitar la semana entrante. También conocerá sus opiniones políticas, religiosas y hasta las sexuales. Como los Derechos de Miranda en los EE.UU. "todo lo que digas puede y será usado en tu contra..." o en tu favor, quizás. Y, recordemos que a veces un hacker o un virus pueden subir archivos indeseables en sitios ajenos.

Según la encuesta de Jobvite, la red más consultada por los reclutadores es LinkedIn, mencionada por un 93% de los consultados, le siguen Facebook con 66% y Twitter con 54%.

En efecto, las redes sociales vienen sustituyendo a los medios de comunicación social como fuentes de información y rumores. Muchos apuntan que la caída del régimen egipcio se debió en buena parte a las redes tras la censura aplicada por el Gobierno, mucho como viene pasando en Venezuela actualmente.

¿Cuán privado es algo público?

Algunos se quejan de violación a la privacidad cuando hablan del uso de las redes sociales para obtener información de cualquiera. Seguramente, los cuerpos de seguridad del Estado utilizan las redes para construir perfiles y hasta para sustanciar expedientes, pero cuando descubrimos que fuimos rechazados en determinada empresa por nuestras opiniones y revelaciones en Facebook, gritamos foul.

El problema es que estas redes son públicas. Consecuentemente, y dado el caso, lo que podemos es reclamar la discriminación a que podamos haber sido objeto por nuestras opiniones o inclinaciones, más no el uso de estas como fuentes de información.

Muchas empresas han desarrollado políticas sobre el uso de las redes sociales por parte de sus empleados. La Asociación de Examinadores AntiFraudes (ACFE) publica ciertas normas que son comunes a estas, precisando claramente que "los empleados deben estar conscientes que la empresa podrá observar contenidos que publiquen en medios sociales" y que "estos podrán tener consecuencias" en sus relaciones laborales. Más aún, prohíben la publicación de contenidos difamatorios, pornográficos u otros "que puedan crear hostilidad en el ambiente de trabajo" (ver modelo de Política sobre Redes Sociales en http://www.acfe.com).

Entre el cielo y Facebook no hay nada oculto.

Si queremos conocer al candidato que tenemos al frente, revisemos su página en Facebook, sus tuits y mensajes en Instagram, más allá de su perfil en LinkedIn, ya que estos reflejarán más su personalidad que sus rasgos profesionales.

Y tengamos conciencia del efecto que tiene lo que publiquemos y comentemos en nuestra imagen personal y profesional, al igual de cómo estos puedan reflejarse en la empresa o institución para la cual trabajamos.