Tres formas en las que la asertividad puede mejorar la comunicación en la empresa

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Uno de los temas de moda en las relaciones interpersonales de nuestra vida organizacional –y en cualquier otro ámbito– tiene que ver con la forma y el estilo en que nos comunicamos unos con otros.

El ser humano tiende a caer en errores en el camino que utiliza para comunicar, generando grietas peligrosas en sus relaciones con los demás.

Es por eso que debemos prestar atención a un término que surgió en la década de los 70 en los Estados Unidos y que muchas personas aún no entienden en su total dimensión.

Me refiero a la asertividad, habilidad blanda que nos permite acercarnos a los compañeros organizacionales, amigos y familiares con una fórmula exitosa de comunicación.

La asertividad pretende establecer parámetros razonables para que nos traten en forma justa y para que nosotros tratemos a los demás de la misma manera. La asertividad es el punto medio entre los dos extremos de la agresividad temeraria y la pasividad derrotista.

¿Alguna vez se ha quedado pensando que debería haber dicho algo, pero se quedó en silencio y no lo dijo? Este es un ejemplo de pasividad.

¿O bien alguna vez ha dicho algo y se ha quedado con la idea de que parecía un déspota? ¿Sintió que la otra persona o las otras personas no pudieron decir lo que pensaban por su actitud? Este es el clásico comportamiento de agresividad.

Entonces podemos situar la asertividad como aquella forma de comunicación que nos abre la puerta para expresar en forma adecuada nuestras emociones o puntos de vista frente a otra persona, pero debemos hacerlo sin hostilidad ni agresividad. Una persona asertiva sabe expresar directa y adecuadamente sus opiniones y sentimientos, tanto positivos como negativos, en cualquier situación.

Los seres humanos asertivos asumen este camino y permiten que las demás personas lo hagan de la misma forma.

En solo tres pasos sencillos podemos practicar e implementar la conducta asertiva en nuestro equipo de trabajo:

1) Frente a la otra parte, resuma los hechos o situaciones ocurridas, pero sin juzgar a nadie.

2) Exprese su manera de pensar y sentir al respecto. Mucha atención, solo enfóquese en usted, en lo que sintió, lo que no le gustó y por qué no le gustó.

3) Manifieste claramente sus deseos y necesidades sobre el asunto que se está tratando, incluyendo aquí los beneficios para la otra parte involucrada.

En resumen, ser asertivo implica defender sus derechos y expresar sus sentimientos, creencias y deseos en forma directa, honesta y apropiada, sin violar los derechos ni lastimar los sentimientos de los demás.