Adrián Rodríguez Hurtado

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

“Mi esposa estaba buscando donde arreglar un vestido para la boda de su hermana y nos costó mucho conseguir una costurera”, cuenta Adrián Rodríguez.

Cuando finalmente la consiguieron, el vestido fue enrollado, guardado en la esquina de un clóset y arruinado por completo.

Los resultados del incidente fueron dos.

Su mujer, Joam Morales, tuvo que comprar una nueva prenda para el evento y la idea de invertir en locales de remiendo de ropa empezó a tomar forma.

Rodríguez y Morales, ambos de origen venezolano pero con más de tres década de vivir en Costa Rica, observaron como en su país natal el negocio de remiendos Retoucherie de Manuela era todo un éxito.

La franquicia, de origen español, se encarga de reparar todo tipo de indumentaria con plazos fijos y garantía de calidad.

A Rodríguez, que ya estaba pensando en establecer su propio negocio, le pareció apropiada la idea de formalizar la actividad a través del concepto español y decidió adquirir los derechos de la franquicia para Costa Rica.

Ese paso lo dio en el 2002. Hoy ya cuenta con siete locales de entre 60 y 80 metros cuadrados en los principales centros comerciales del país.

Terramall, Multiplaza del Este, Mall San Pedro, Plaza Rohrmoser, Multiplaza Escazú, Plaza Los Laureles en Escazú y Plaza Express en Santa Ana son los lugares en donde se puede encontrar el servicio de la marca.

Además, a finales de este mes, abrirá un nuevo espacio en el centro comercial Lincoln Plaza en Moravia.

¿El secreto de su éxito? El administrador de empresas comenta que la ventaja se la da el no tener que lidiar con inventarios elevados y distinguirse por el acabado de las prendas que arregla.

Empero, el trayecto no ha sido fácil, según reconoce el venezolano.

“Ha sido un proyecto difícil porque se tuvo que dar a conocer el concepto y posicionar la marca desde cero. Sin embargo, hoy en día hemos colocado tan bien el nombre que la gente empieza a referirse a Retoucherie como el término genérico de una tienda dedicada a nuestro giro”, dice con orgullo Rodríguez.

Formación: Administrador de empresas con énfasis en Dirección de Empresas y Comercio Internacional.

Estado civil: Casado.

Trayectoria profesional: Trabajó en Procter & Gamble.

Edad: 36 años.