Adriana María Villalobos Delgado

Su interés y convicción por mostrar los avances de una investigación sobre los desechos de camarón le valieron un premio internacional y el respeto de sus compañeros.

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Dice que decidió estudiar química porque era la materia que le permitía saber las respuestas a las preguntas que siempre se hacía.

El tiempo confirmó que fue una buena decisión, no solo porque Adriana Villalobos Delgado hace lo que le gusta, sino también porque, a finales del 2012, su acuciosidad le valió el Premio al Joven Líder Ambiental que otorga el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y es organizado por la farmacéutica Bayer.

“Ella tuvo la iniciativa de participar en el concurso. Nosotros no teníamos muchas expectativas (de ganarlo), pero ella defendió la investigación bastante bien. Era la primera vez que lo presentábamos a nivel internacional”, recordó Marianelly Espinoza, directora de Laboratorio de Polímeros de la Universidad Nacional (UNA).

¿Cómo llegó a Alemania?

Adriana es una herediana de cepa (como ella dice), graduada del Colegio Bilingüe Santa Cecilia.

Siempre tuvo interés en estudiar ciencias exactas y desde hace tres años cursa la carrera de ingeniería química en la UNA. Debido a su trabajo como asistente en el Laboratorio de Polímeros, se empezó a involucrar en las investigaciones con los desechos de camarón.

Una de estas investigaciones tiene que ver con la extracción de un carbohidrato llamado quitosano, el cual podría utilizarse como un medio de transporte para permitir la absorción de fármacos en el cuerpo.

Precisamente, ese fue el proyecto que decidieron presentar en el concurso que organizó Bayer. Ella ganó el concurso a nivel nacional y eso le valió el boleto a Alemania.

Adriana ganó el premio internacional conjuntamente con otros concursantes de Kenia y Vietnam; en el concurso participaron 50 jóvenes de 19 países.

Adriana explica que la siguiente etapa consiste en seguir trabajando con Bayer para ver si la empresa decide fabricar el producto a nivel industrial.

Afirma que no habría sido posible ganar el premio sin la colaboración del equipo del Laboratorio de Polímeros y de sus tutores.

A nivel personal, ella espera sacar su bachillerato en un año y luego la licenciatura en dos. Posteriormente, le gustaría obtener su maestría y un doctorado en el exterior, pero regresar a trabajar en el país.

Y si de pasatiempos se trata, Adriana dice que le gusta escuchar música y que sus estilos preferidos son el rock alternativo y el rock pesado. De paso, aclaró que es soltera.

Por su parte, Marianelly Espinoza resalta que esta estudiante es parte de un proceso de formación de jóvenes que tiene la UNA y rescata que Adriana es una persona que no tuvo miedo de asumir reto y por eso decidió defender la investigación.

“Hay chiquillos muy buenos, que tienen potencial, pero si no dan el paso, no pasan de eso. Ninguno de los demás (asistentes) se quiso tirar a pista y ella fue la que dio el paso, asumió el compromiso y se preparó para el concurso”, recuerda la investigadora.

En detalle

Formación: Estudiante de tercer año de química industrial en la Universidad Nacional.

Fecha de nacimiento: 11 de setiembre de 1992.

Trayectoria profesional: Hace tres años es asistente en el Laboratorio de Polímeros de la UNA.