Los principios del flyboard son tan sencillos que parece increíble que no se le hayan ocurrido a nadie antes. Fue en el 2011 cuando el piloto francés de competición de motos acuáticas Franky Zapata asombró al mundo con un video colgado en Youtube en el que se divertía con un aparato de su invención. El audiovisual contabilizó más de dos millones y medio de visitas en menos de 15 días y fusionó lo mejor del wakeboard y el surf con el kite-surf y el jet-ski al estilo libre.
Cibernautas de distintos países presenciaron el nacimiento de un nuevo deporte, todo gracias a una especie de tabla de snowboard, unida a una manguera de aproximadamente 18 metros de largo, que se acopla a una moto acuática convencional.
El vehículo recoge agua por la proa y, mediante una turbina, la expulsa a gran presión por la popa. Del agua desechada se alimenta el flyboard, para conseguir el milagro de que sus usuarios vuelen sobre el mar.
La manguera, similar a las de los bomberos, se encarga de trasladar esa presión bajo una plataforma sobre la que se alza de pie el deportista. El flujo se divide en dos codos que lanzan el agua hacia abajo, y permiten elevar a la persona. Cuanto más gas se le dé a la moto, mayor es la presión del agua que sale de los escapes del flyboard.
Y, si se consigue mantener el balance, a más potencia del chorro, mayor propulsión. El techo está en torno a los 10 metros de altura. A partir de ahí, la imaginación manda. Los expertos son capaces de hacer auténticas maravillas, como el llamado backflip (vuelta hacia atrás) y el dolphin (entrar y salir del agua como un delfín).
Los primerizos, en cambio, se dan por satisfechos con mantener el equilibrio, algo que debería tomar de 10 a 15 minutos.
Según representantes de Flyboard Costa Rica y Costa Rica Sky Adventures, empresas que ofrecen el servicio en territorio nacional, todos los practicantes consiguen volar la primera vez, pues no se requiere fuerza física, sino balance y, sobre todo, estar cómodo jugando en el agua.
Una vez que se tiene un mínimo control sobre la tabla, lo cual se consigue a base de tobillos rígidos, se puede intentar surfear. Quienes lo han practicado cuentan que la sensación es como si se estuviera a bordo de una especie de tabla voladora. También mencionan que se asemeja a levitar, con la salvedad de que los usuarios no pueden alejarse demasiado de la manguera y de que, cada vez que se comete un error, es el agua y no el suelo lo que les espera al final de la caída... ¡tremenda ventaja frente a otros deportes extremos!
Adrenalina en el aire
Sin embargo, la superficie que detiene a aquellos que fallan en su intento, no es el único valor agregado del flyboard. La nueva forma de volar incrementa su cifra de adeptos por los beneficios que brinda a quienes lo practican. Adrenalina, diversión y sano esparcimiento destacan en la lista. Su misión es facilitarle a propios y extraños la sensación que supone pilotar y la emoción que lleva el suspenderse unos cuantos metros sobre el agua.
Ligado a lo anterior se encuentran la descarga de energía y consecuente liberación de estrés, intrínsecas a los ejercicios potentes, así como la impresión de triunfo y el sentimiento de superación de los propios límites.
Mientras disfrutan del contacto con la naturaleza, sea en un lago o playa, los practicantes optimizan su trabajo cardiovascular, fortalecen músculos inferiores,
perfeccionan su equilibrio corporal, aumentan la flexibilidad y mejoran su resistencia a la fatiga, entre otras cosas.
Negocio en despegue
Además de ser un fenómeno mundial que arrasa en las costas como nuevo deporte acuático, el flyboard se halla en pleno crecimiento económico. Expertos internacionales aseguran que la inversión que requiere para su puesta en marcha se recupera en una temporada.
La gallina de los huevos de oro pertenece a su propio inventor, pues para practicar este deporte se necesita de un mecanismo que él mismo comercializa y explota a través de su empresa Zapata Racing. Desde su lanzamiento, se calcula que se han vendido más de 2.500 unidades de su flyboard.
Y es que el experimento se ha convertido en poco tiempo en una de las actividades recreativas más exitosas con las que cualquier mortal puede disfrutar en el agua, incluso suma tres campeonatos mundiales, el último de ellos efectuado a finales del 2014 en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.
A nivel internacional han surgido distribuidores oficiales que, además de ofertar experiencias directas al consumidor final, surten del kit necesario para su práctica a otras firmas. Por ejemplo, en España, Maremoto jets & McQueens aseguran que es un negocio que se amortiza y hace ganar dinero desde el primer ciclo.
En Europa adquirir un kit completo de flyboard (tabla, manguera, codo, adaptadores y botas) cuesta entre $5.000 y $7.000, más el costo la moto acuática.
Aunque a nuestro país la invención llegó hasta el año anterior, ya se está dando a conocer, algo a lo que contribuye lo fácil que resulta iniciarse en su práctica, la acogida que ha tenido entre las celebridades y la accesibilidad de precios. En nueve meses, Costa Rica Sky Adventures recibió alrededor de 600 personas interesadas en realizar la actividad, mientras que Flyboard Costa Rica registró cerca de 700 practicantes.
Para particulares, iniciarse en este mundo y convertirse en rider puede costar entre $50 y $90, una sesión entre 15 y 25 minutos. Sin embargo, a medida que crece la oferta, el abanico de precios varía, en especial por los descuentos de época.
Instructores a bordo
Hans González, instructor de Flyboard Costa Rica, y Alexandra Espinoza, gerente de Mercadeo & Ventas de Cota Rica Sky Adventures, aclaran algunas interrogantes sobre esta nueva disciplina acuática.
—¿Cuánto tiempo toma aprender este deporte?
—Hans González: El equipo es muy fácil de utilizar, después de los primeros cinco minutos el practicante puede moverse sobre el nivel del agua. Es esencial que antes de usar las herramientas preste atención a las recomendaciones de un instructor calificado, pues durante el tiempo de vuelo es el operador del jet-ski quien guía al usuario para que pueda elevarse sobre el agua de forma segura e incluso nadar como delfín.
—¿Quiénes pueden ejercitare con el flyboard?
—Hans González: Toda persona mayor de 10 años, con un peso que oscile entre los 50 y 120 kilogramos, y que goce de buen estado físico y sicológico. No es necesario tener mayor experiencia en deportes acuáticos.
—¿Qué medidas deben considerarse al practicarlo?
—Alexandra Espinoza: La persona siempre tendrá casco y chaleco con el fin de protegerlo durante la actividad. Además, contamos con una ventaja significativa: la
propulsión de las botas utilizadas la controlan nuestros guías, es decir, en todo momento el practicante tiene cerca a uno de nuestros representantes.
—¿Cuáles son los aspectos indispensables a tomar en cuenta?
—Alexandra Espinoza: Es importante que la persona que va a realizar el tour sepa nadar, no porque tenga que hacerlo durante la actividad sino por la seguridad que le da estar en el lago sin tocar fondo. Lo ideal es que el practicante tenga cierta agilidad y destreza, y que no haya ingerido alimentos al menos una hora antes de realizar la acción. Asimismo, el flyboard está contraindicado para embarazadas y usuarios con padecimientos del corazón, osteoporosis o cirugías recientes.
Viaje seguro
- La propulsión del flyboard la controla el guía o instructor desde el jet-ski o moto acuática.
- El cuerpo está protegido de las caídas y el frío gracias al casco y chaleco salvavidas.
- La agradable sensación de vuelo se consigue a unos metros de altura y con velocidades bajas.
Flyboard en aguas nacionales
FLYBOARD COSTA RICA
UBICACIÓN: Charrarra, Ujarrás, Cartago
HORARIO: 8:30 a. m.–5 p. m. Miércoles a domingo
CONTACTO: Email: flyboardcr@gmail.com / Teléfono: 7204-8394
COSTA RICA SKY ADVENTURES
UBICACIÓN: Arenal, La Fortuna, San Carlos
HORARIO: 10:30 a. m.–1:30 p. m. / Lunes a Domingo
CONTACTO: Email: info@skytrek.com / Teléfono: 2479-4100