Álvaro Ramos Chaves

Cuando estaba en el colegio leía la revista británica The Economist, y lo capturó la forma en que los economistas entienden el mundo. Hoy, con 30 años, es viceministro de Hacienda

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Es, hasta cierto punto, políticamente incorrecto, pero analíticamente atinado.

Sin problemas, le dice a un periodista que el Gobierno (al que él pertenece) viene estimando de forma inapropiada el impacto de las zonas francas en el empleo. Y cuenta que le ha hecho saber ese problema a la autoridad respectiva.

Para sustentar su afirmación, deja la silla en que está sentado, toma un pilot y traza una gráficas sobre una pizarra blanca. Su argumentación es sencilla y tiene mucho sentido.

Álvaro Ramos Chaves habla como profesor, pero sin el dejo autoritario y académico. Su doctorado obtenido en la Universidad de California, en Berkeley, no lo agranda. Tampoco que obtuviera el mejor promedio de admisión de la Universidad de Costa Rica en el 2001.

Entró a la función pública como director general de Hacienda, en el 2011. Posteriormente, en el 2012, pasó a ser viceministro de Hacienda, en el lado de los ingresos, hasta la fecha.

Desde ahí se ha metido en donde sus antecesores no han querido. Por ejemplo, las exoneraciones: ese lugar que, en el 2011, el exministro de Hacienda, Fernando Herrero, catalogó como una “de las partes menos transparentes del sistema”.

Ramos asumió la responsabilidad de entrar en esa maraña a hacer un recuento preciso del monto exonerado. Hizo públicos no solo los montos presuntamente precisos, sino que, con su honestidad políticamente incorrecta, reconoció que los datos publicados anteriormente (dados a la prensa y a la Contraloría) estaban inflados por un “dedazo” cometido en su Ministerio.

Muestra una clara preocupación por el costo-beneficio de las exoneraciones y ha promovido convenios con la academia para medir desempeños de las instituciones.

Pese a esas fallas, no tiene una percepción negativa de los funcionarios públicos. “Ha sido agradable conocer muchos funcionarios comprometidos y capaces. Además, tengo mucho respeto por la institucionalidad del país, entendida ampliamente, ya que la cantidad de servicios públicos que se proveen es considerable y nunca es una tarea fácil”.

Acepta sin problemas una de las mayores falencias del aparato estatal. Una crítica que también viene tanto de los estatistas como de los liberales:

“Me preocupa que no tenemos un sistema de indicadores de desempeño suficientemente sólido, tal que los jerarcas y los funcionarios rindan cuentas y sus carreras profesionales evolucionen de acuerdo con evaluaciones más objetivas”, dijo Ramos.

Su más reciente papel de coordinador en la mesa de diálogo fiscal renueva su protagonismo.

En detalle

Formación: Doctor en economía. Graduado de la Universidad de California, en Berkeley.

Fecha de nacimiento: 6 de diciembre 1983.

Trayectoria profesional: Director General de Hacienda en el 2011, con 28 años de edad.