Aprenda de los errores que mostraron las selecciones eliminadas del Mundial 2018

La arrogancia de Alemania, los problemas de liderazgo de España o el recargo en el líder de Argentina dejan lecciones que se pueden aplicar en equipos de trabajo

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Las selecciones que avanzan a semifinales son condideradas las grandes ganadoras de un Mundial de Rusia 2018 y desde la fase de octavos de final se espera que los protagonistas sean equipos históricos, las “potencias” del fútbol.

En Rusia muchos de estos grandes quedaron en el camino muy pronto y sus errores pueden servir como lecciones para las empresas.

Además de los equipos grandes, otras selecciones dejaron su marca en Rusia y pueden servir como ejemplos de situaciones específicas que se presentan también en las compañías, como las expectativas desproporcionadas o, en contraste, la resignación previa a la competencia.

“Gigantes que se descuidan, estrellas que no forman constelaciones, guerreros que necesitan mayor fogueo y experiencia, líderes que no logran inspirar ni guiar hacia su estrategia. El fútbol deja ver en vivo los errores de una organización y anota enseñanzas en forma de gol, que ganan aprendizajes”, explicó Cristina Cubero, directora de Consultoría de Deloitte.

¿Por qué compararse con el fútbol?

Un grupo de personas que comparte objetivos suele ser similar en su organización y errores, sin importar en cuál actividad se desempeñen.

“A pesar de que algunas personas no les guste el fútbol, por calificarlo como 22 personas detrás de una bola, al observar con cuidado se ven posiciones, actitudes, situaciones, y apariencias, que reflejan, comportamientos de las personas, que son parte de grupos de trabajo, similar a lo que sucede en la vida laboral diariamente en nuestro país”, advirtió German Morales, managing partner de la consultora Grant Thornton.

La clave está en extraer las conductas positivas y negativas, y enfrentarlas con los valores de la compañía que habrían resultado útiles a los líderes de los equipos mundialistas.

Alexander Aguilar, director de la empresa consultora Humano, afirmó que para empresas y equipos deportivos aplica la misma enseñanza, en especial cuando se trata de los errores cometidos por las potencias.

“Que lo digan Kodak y Nokia, por igual, en el campo de los negocios: los éxitos del pasado no garantizan los éxitos de presente y mucho menos los de futuro”, enfatizó.

Con los aportes de Deloitte, Humano y Grant Thornton, EF construyó una selección de casos mundialistas con lecciones empresariales: Alemania, Argentina, Brasil, España y Portugal.

Alemania: los gigantes que se descuidan mueren

Tener el poder, el talento, el liderazgo y la historia puede parecer suficiente para triunfar, pero no lo es.

Cubero advirtió que a Alemania se le ha designado como una selección agónica, apática y con falta de pasión. Se han filtrado informes sobre faltas de disciplina en una cultura tradicionalmente metódica.

Morales enfatizó en los problemas de ego que puede causar el éxito. “Alemania no tuvo la sencillez para saber que cada partido hay que jugarlo primero, antes de ganarlo. Se olvidaron de estudiar las fortalezas del rival. El equipo se había venido comportando soberbio”, comentó.

Lecciones:

  • El pasado se respeta, pero por el futuro se debe trabajar diariamente.
  • Lo que antes funcionó para ser exitosos no necesariamente funcionará en el mediano o largo plazo.
  • La disciplina, el foco en la meta y la dirección alineada a la misión son claves.
  • Los gigantes deben cuidarse siempre, hasta en el mínimo detalle.
  • Creerse ganador antes de competir impide el disfrute de los desafíos.
  • Si se llega a los momentos clave con la actitud equivocada, será difícil corregirla a tiempo.

Argentina (y Portugal): las constelaciones las forman muchas estrellas

Argentina y Portugal apostaron por el talento de sus capitanes, quienes se disputan desde hace años el título de mejor de su época.

En Portugal el talento promedio es bastante inferior al de su líder, Cristiano Ronaldo, pero también es menor al promedio de otros equipos europeos. Sin embargo, Ronaldo había sido suficiente para ganar otra competencia relevante: la Eurocopa en el 2016.

En Argentina, el recargo en Lionel Messi se justifica menos. Si bien su talento es incomparable, se podía esperar un aporte mayor del resto del equipo.

“El caso de Argentina y Portugal es bastante similar, porque dejaron mucho de su peso colectivo a sus figuras. Quizás se les pasó por alto una regla inquebrantable de lo significa la sinergia en el trabajo en equipo: el todo siempre es más que la suma de las partes”, señaló Aguilar.

Cubero responsabiliza al técnico argentino más que al portugués y advierte de la semejanza con el liderazgo facilista de algunas empreas.

“Sin duda en las organizaciones naturalmente surgen sus estrellas y brillan, pero también deben construir equipos sólidos que respalden las jugadas permanentemente, desde todos los ángulos de la cancha y logren generar constelaciones”, dijo.

Lecciones:

  • En una estrategia empresarial cada figura tiene su rol y debe brillar desde ahí al máximo de su potencial.
  • El trabajo de un equipo siempre será más fuerte, más inteligente y más efectivo que cualquiera de sus figuras en el plano individual.
  • El liderazgo es clave para identificar las estrellas e impulsar las constelaciones y la suma de talento.
  • Si un líder no genera credibilidad y confianza no podrá movilizar el talento hacia su táctica de juego .

Brasil: Éxito regional y éxito global son temas diferentes

Brasil avanzó hasta los cuartos de final, pero sufrió a lo largo de todo el camino. Los resultados se fueron dando por individualidades de sus estrellas en momentos claves, pero se mostró incapaz de adaptarse y mostrar los atributos que han caracterizado al equipo a lo largo de su historia.

“Brasil deja una enseñanza poderosa al mundo de los negocios en estas épocas globalizadas: su incapacidad para trascender hacia el mundo. La pentacampeona mundial pasó su eliminatoria sudamericana sin sufrir en demasía, pero en Rusia se estrelló frente a un equipo de Bélgica, que a todas luces fue más versátil y menos predecible”, advirtió Aguilar.

La incapacidad del equipo para resolver desde la estrategia los desafíos de los rivales llevó a las figuras a tomar decisiones equivocadas, como la exageración de faltas o las confrontaciones verbales inapropiadas, que se pusieron en evidencia gracias a recursos tecnológicos como la revisión de videos, y afectaron las marcas personales de los jugadores, pero también la buena imagen de Brasil en la competencia.

Lecciones:

  • Marcar ventajas con los competidores de la región no es garantía para el éxito global.
  • Un equipo ganador debe tener la capacidad para adaptarse a los cambios y sorpresas de sus oponentes.
  • No alcanza con tener historia, esto no juega en el deporte ni en las organizaciones. 
  • El éxito se construye día a día.
  • La frustración es mala consejera y es campo fértil para prácticas negativas.
  • Los mejores también deben seguir las reglas.

España: El liderazgo no se improvisa

Las tensiones que vive la sociedad española se proyectaron sobre el equipo nacional desde las eliminatorias, pero no lo liberaron de la presión de ser un favorito. ¿Habría sido suficiente ese mal ambiente para dañar el desempeño español? No lo sabemos, porque otro factor fue el protagonista: el liderazgo. Un inesperado cambio de técnico marcó la pauta para los españoles.

“Cuando entramos a este campo minado se debe entender que el liderazgo no es algo que alguien me puede otorgar. Me pueden dar una gerencia, una dirección, una supervisión o una jefatura, pero no me pueden dar el liderazgo, ya que éste se gana en el tiempo, con acciones de influencia, con coherencia, con disciplina y ante todo poniendo primero a mi equipo antes que mis intereses personales”, explicó Aguilar.

Morales advirtió que cuando un equipo pierde a su líder, pierde lo que este aportaba en cohesión de grupo. “Ese líder lograba conectar sus emociones con las del equipo y resaltaba las fortalezas con un significado superior, produciendo una aspiración superior”, subrayó.

Lecciones:

  • Debe existir un plan de sucesión que genere nuevos líderes, que puedan motivar al grupo en tiempos de crisis.
  • Hay diferentes formas de hacer cambios de líderes en un equipo, pero en este caso, el cambio del líder no se puede hacer sin la preparación del equipo. 
  • Los equipos con divisiones internas deben anteponer el objetivo en común a sus intereses particulares.
  • Un puesto no hace a un líder.

RECUADRO

Croacia: la otra cara de la moneda

Frente a los errores de las potencias, se presenta el ascenso de Croacia, con base en méritos y talento, por encima de otros equipos que parecían mejor preparados para llegar a la final.

German Morales, managing partner de la firma Grant Thornton, señaló la experiencia del equipo y la habilidad del líder como las fortalezas que le funcionan como diferenciadores.

“En Croacia, un equipo en el que el trabajo de recuperar la pelota y quitársela al rival es un placer, el buen ánimo es contagioso; la satisfacción de superar metas está metida en todo el cuerpo de los jugadores, la actitud y las dificultades se sobrepasan con espíritu positivo”, aseguró.

Lecciones:

  • La comunicación franca y constructiva entre todos los miembros de un equipo, genera una satisfacción que todo logro parece ser fácil. 
  • En un equipo altamente, experimentado, cada uno sabe lo que debe hacer y cómo hacerlo
  • Un grupo, altamente, integrado, unido para un objetivo común, es mejor que un gran líder
  • La motivación en los miembros de un equipo se logra en la medida de que todos los miembros, están claros de sus objetivos
  • Un líder debe demostrar la confianza en su equipo y en su estrategia, incluso ante la incertidumbre, y hacer cambios por necesidad y no por inseguridad

Semejanzas entre equipos

Cuando hablamos de equipos, independiente del campo al que nos refiramos, sea fútbol, un equipo para un proyecto universitario o el equipo ejecutivo de una empresa, son pocos aquellos que logran dejar de ser un simple grupo para convertirse en “equipos reales” y menos aún los que logran llegar a ser “equipos de alto desempeño”.

El Instituto Katzenbach de PwC indica que un grupo logra convertirse en un “equipo real”, cuando logra conjugar los siguientes primeros 5 atributos:

  1. Propósito común, creado para establecer las aspiraciones del equipo y guiar el trabajo. 
  2. Metas de desempeño claras.
  3. Rendición de cuentas en común, lo que conlleva al compromiso y la confianza del equipo. 
  4. Destrezas complementarias, ya que la combinación de habilidades técnicas, funcionales e interpersonales son clave para el trabajo en equipo.
  5. Roles de liderazgo compartidos, en el cual múltiples miembros toman la iniciativa proactivamente para conducir hacia el propósito común. 

El grupo se convierte en equipo de alto desempeño cuando logra cumplir con estos cinco atributos y además genera el compromiso emocional y personal con el crecimiento y éxito de unos y otros y desarrolla la habilidad para ajustar el modelo del equipo según la situación.

Los errores típicos de la gestión de equipos generalmente se relacionan con la omisión o fallo en alguno de estos atributos.

Fuente: PwC