Artesanos de Sarchí atraviesan crisis y venden la mitad respecto de hace cuatro años

Crisis económica y competencia son las principales causas de la baja en ventas, según fabricantes

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Valverde Vega. Por fuera aparenta ser una casa como cualquier otra en Sarchí, a excepción de un letrero pequeño, algo añejado, que indica que ahí se encuentra la fábrica de Bisutería J y C.

Clara Arce y su esposo fabrican desde hace 27 años bisutería en madera que venden desde su casa (en un cuarto que sirve de tienda) y con intermediarios.

Las ventas no alcanzan para tener un local propio más a la vista, principalmente porque están vendiendo prácticamente la mitad desde hace unos cuatro años.

La situación de este negocio no es única. Varios empresarios de Sarchí afirmaron que sus ventas han caído entre un 40% y un 60% en los últimos años.

Sus compradores son mayoritariariamente extranjeros, sobre todo estadounidenses, quienes los han visitado con menos regularidad y menor gasto de dinero.

La crisis financiera asestó un duro golpe a la centenaria industria de esta comunidad, lo que ha provocado el cierre de talleres, la movilización de empleados a otros sectores económicos y el replanteamiento de las estrategias de ventas de los artesanos.

Arce añadió que, en su caso, el taller contaba con nueve empleados y ahora tiene cinco.

Hernán González, gerente de la Cooperativa de Artesanos de Sarchí (Copearsa), confirmó que la situación se ha complicado y varios han tenido que cerrar.

La entidad carece de datos oficiales, pero González estima que de los 200 talleres que existían en la zona, hoy no llegan a 180.

“Muchos han tenido que trabajar de taxistas o convertirse en empleados de alguien más”, contó González.

El censo del 2011 indica que, tanto en Sarchí norte como sur, se dio una baja en el sector primario y secundario de la economía respecto a la medición del 2000; la fabricación de artesanías se incluye dentro del sector secundario.

En contraste, se dio un aumento del 47% en el sector terciario, donde se incorporan servicios.

Menos público

Los artesanos aseguran que el principal motivo de su situación es la crisis internacional que hace que el turista viaje menos y, cuando viaja, gaste menos.

Sin embargo, admiten que no es la única variable.

Las importaciones de muebles de madera de varios países asiáticos, principalmente China e Indonesia, han incrementado la oferta en la que ellos dejan de ser competitivos al manejar precios más altos.

Los datos de la Promotora de Comercio Exterior (Procomer) señalan incrementos entre un 20% y un 45% en compras de diferentes tipos de muebles.

La competencia también es interna. Marta Salas, propietaria de La Casa del Mueble, agregó que empresarios locales disfrazan su producto y lo venden como si fueran maderas de alta calidad como cenízaro, pero en realidad es otra.

Otro factor que afecta es la proliferación de locales ofreciendo productos similares.

Mueblar Designs es uno de los pocos que fabrica líneas más contemporáneas. Jennifer Salas, encargada de ventas, informó que la fábrica es originaria de Palmares y, a raíz de las buenas ventas en esa zona, abrieron un local un Sarchí hace pocos meses.

De los 11 empresarios entrevistados, solo dos admitieron que sus ingresos están bien o inclusive creciendo.

Rónald Alfaro, propietario de Muebles Alfaro, ha tenido un comportamiento normal de las ventas. Sin embargo, él no es fabricante, sino que compra su producto a varios talleres.

El otro caso es el Taller Eloy Alfaro. Este local existe desde 1920, pero desde hace tres años la familia Alfaro tuvo que venderlo a tres hermanos de apellido Cruz Rojas. Esta nueva administración pudo invertir en remodelación del local, mejoras al taller colonial y la construcción de un restaurante.

Nuevas líneas y servicios

Para enfrentar la baja en las ventas, los artesanos han implementado una serie de estrategias.

Carlos Chaverri es el actual administrador de la Fábrica de Carretas Chaverri, existente desde 1903.

Actualmente, los artesanos no solo trabajan ruedas, sino en cucharas, azucareras, individuales y otros productos de madera.

“El cliente está buscando artesanía más utilitaria y no solo decorativa”, externó Chaverri.

Los productos también se venden más si son livianos, fáciles de transportar y de menor precio.

Varios de los artesanos admitieron que han tenido que bajar precios para mejorar sus ventas. La comercialización bajo crédito es otra de las opciones por las que han tenido que optar.

En la Fábrica Chaverri se implementó el “ tour de la carreta” y un restaurante como servicio complementario al cliente.

Kattia Castro, propietaria de Sala de Muebles Mora Castro, comentó que ellos han tenido que introducir otro tipo de maderas más económicas, como el laurel o la melina.

Sin embargo, la gente sigue buscando cenízaro o guanacaste, pero están cada vez menos dispuestos a pagar su precio.

En La Casa del Mueble han comenzado a fabricar líneas modernas para captar otro público.

Su propietaria, Marta Salas, explicó que constantemente revisan tendencias en Internet y tropicalizan los diseños.

Pese a ser fabricantes y contar con locales, la venta con intermediario ha sido también una alternativa los últimos años.

La Fábrica Chaverri vende mediante el Instituto Costarricense del Café (Icafe) y agencias de viajes; similar caso el de Bisutería J y C, que negocia con tiendas desuvenires.

“Hemos logrado sostenernos porque nuestros costos de producción son bajos, pero no vemos mejoría”, opinó Clara Arce, de Bisutería J y C.