Brechas por género

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

Uno de los factores determinantes en la competitividad de un país es el talento humano. Las destrezas, educación y productividad de su fuerza laboral facilitan la creación de un ambiente donde las mentes brillantes, ideas innovadoras y el liderazgo pueden fructificar.

En muchos países desarrollados, las mujeres representan más de la mitad de los estudiantes y graduados universitarios, y en países en desarrollo las brechas por género en educación se están reduciendo. Por ello, las mujeres constituyen hoy una porción creciente de talento disponible para las empresas y en la medida que se utilice y se le den los mismos derechos, responsabilidades y oportunidades que a los hombres, se podrá maximizar la competitividad del país.

Los gobiernos desempeñana un papel importante creando el ambiente que estimule la participación de las mujeres en la economía del país. Sin embargo, es imperativo que las empresas construyan los ecosistemas donde el mejor talento, de ambos géneros, pueda florecer y existan las mismas oportunidades para lograr posiciones de liderazgo. Aún persisten discrepancias entre las oportunidades laborales y salariales para mujeres y las de sus homólogos.

El Foro Económico Mundial creó el “Global Gender Gap Index” con el fin de capturar la magnitud y alcance de las disparidades entre géneros en términos de salud, educación y participación económica y política para monitorear el progreso en el tiempo.

En su Informe del 2010 la representación de colaboradoras en el sector privado varía mucho entre los países, donde India tuvo el menor porcentaje (23%) y Estados Unidos el mayor (52%). En los países se observó un patrón de participación femenina disminuida a medida que el nivel jerárquico es más elevado. La mayoría de las mujeres se concentraba en los niveles de ingreso y medio de la pirámide organizacional.