Clase ejecutiva: Cofradía gastronómica

Este artículo es exclusivo para suscriptores (3)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Ingrese a su cuenta para continuar disfrutando de nuestro contenido


Este artículo es exclusivo para suscriptores (2)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.


Este artículo es exclusivo para suscriptores (1)

Suscríbase para disfrutar de forma ilimitada de contenido exclusivo y confiable.

La Edad Media fue una época clave para la creación de diversas cofradías artísticas o religiosas, difundidas en el mundo hasta nuestros tiempo.

Estas cofradías son asociaciones públicas o privadas de creyentes o seguidores de un interés común, como la música, pintura, literatura y teatro, que desempeñaban la misma actividad con el fin de transmitir conocimientos y mejorar técnicas propias de cada gremio, sin dejar de lado la gastronomía.

En 1248, durante el reinado de Luis IX rey de Francia –luego San Luis– se constituyó la Confrérie des Oyers , del francés oies, que significa ganso.

Estas organizaciones establecieron el comercio y el desarrollo de nuevos profesionales. Privilegiados por sus habilidades culinarias, sus actividades se extendieron hasta preparar y vender todo tipo de carnes, aves y venado.

Con el pasar del tiempo se constituyó en la Confrérie des Rostisseurs , proveniente del francés roti, que significa asado. En 1610 se obtuvo la consagración del rey Luis XIII, con lo que esta agrupación gastronómica también adquirió carácter real.

Se cultivaron el arte culinario y los altos estándares de calidad y profesionalismo que llenaron de esplendor las Mesas Reales, pero la congregación fue disuelta con la revolución francesa.

El fin de la Segunda Guerra Mundial con sus restricciones alimentarias, preparó el terreno para un renacimiento del arte culinario francés.

Fue así que en 1950 se recreó esta asociación y sus nuevos miembros constituyeron en París la nueva Chaine des Rostisseurs .

Hoy en día es la asociación gastronómica más grande e importante del mundo. Está representada en 126 países y cuenta con más de 25.000 miembros, donde Costa Rica no es la excepción con dos capítulos importantes en Guanacaste y San José.

Sus miembros se consideran bon vivants y entre ellos encontramos chefs, propietarios de restaurantes, profesionales de vino y personas gourmet amantes de buenos modales y gusto por lo exquisito.